Al leer toda la carta a los romanos, se puede ver que la vigencia y obediencia a la santa ley de Dios está vigente. Y eso nos es todo; al empezar leyendo la carta a los Corintios y en el capítulo 7, el apóstol Pablo afirma más claramente.
Y ese es nuestra Reflexión de Hoy.
“La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios”. 1Cor. 7:19.
LA CIRCUNCISIÓN NADA ES.
Ni el cumplimiento del rito judío de la circuncisión, ni el dejar de hacerlo, podían afectar la relación individual con Dios por medio de la fe en Jesús. Aquí se pone énfasis en la verdad de que las ceremonias externas y los ritos no tienen valor sin la fe en Cristo.
(ver Gén. 5:6; 6:15).
El hijo de Dios que ha nacido de nuevo es aceptado por el Señor, no en razón de la obra u obras que pudiera haber cumplido, sino debido a su fe en la gran obra efectuada a favor de él por Cristo en la cruz.
(ver Juan 3:16; Rom. 4:5; Efe. 2:8-9).
Abrahán, cuya fe se presenta como un ejemplo para todos los que creen en Cristo, es llamado el padre de todos los que tienen una fe similar en Jesús, hayan sido circuncidados o no.
(ver Rom. 4-9, 11-12).
SINO EL GUARDAR LOS MANDAMIENTOS DE DIOS.
Cf. Gál. 5: 6; 6: 15. La idea es: lo que importa es la observancia de los mandamientos de Dios. Él no estima la religión de un hombre por el cumplimiento de ceremonias rituales,
sino por su relación con los principios de la ley divina.
(ver Ecl. 12: 13; Juan 14: 15, 21, 23; 15: 10; 1 Juan 2: 4-6).
"Un hombre puede guardar los mandamientos,
esté circuncidado o no".
“¿Luego por la fe invalidamos la ley?
En ninguna manera, sino que confirmamos la ley”.
“De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno” Rom. 3:31;7:12. CBA MHP
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