2 Rey. 20:1-19.
Dijo entonces: ¿Qué han visto en tu casa? Y dijo
Ezequías: Todo lo que hay en mi casa han visto, y ninguna cosa hay en mis
tesoros que no les haya mostrado. (Isa. 39:4).
La visita de los embajadores a Ezequías estaba
destinada a probar su gratitud y devoción. . . Si Ezequías hubiese aprovechado
la oportunidad que se le concedía para atestiguar el poder, la bondad y la
compasión del Dios de Israel, el informe de los embajadores habría sido como
una luz a través de las tinieblas.
Pero él se engrandeció a sí mismo más que a Jehová
de los ejércitos. "Ezequías no pagó
conforme al bien que le había sido hecho: antes se enalteció su corazón. .
.".
El relato de cómo Ezequías no fue fiel a su
cometido en ocasión de la visita de los embajadores contiene una lección
importante para todos. Necesitamos hablar mucho más de los capítulos preciosos
de nuestra experiencia, de la misericordia y bondad de Dios, de las
profundidades incomparables del amor del Salvador.
Cuando la mente y el corazón rebosen de amor hacia
Dios no resultará difícil impartir lo que encierra la vida espiritual. Entonces
grandes pensamientos, nobles aspiraciones, claras percepciones de la verdad,
propósitos abnegados y anhelos de piedad y santidad hallarán expresión en
palabras que revelen el carácter de lo atesorado en el corazón.
Aquellos con quienes nos asociamos día tras día
necesitan nuestra ayuda, nuestra dirección. Pueden hallarse en tal condición
mental que una palabra pronunciada en sazón será como un clavo puesto en lugar
seguro. Puede ser que mañana algunas de esas almas se hallen donde no se las
pueda alcanzar. ¿Qué influencia ejercemos sobre esos compañeros de viaje?
(Profetas y Reyes, págs. 256, 257).
¿Qué han visto tus amigos y conocidos en tu casa? En
vez de revelar los tesoros de la gracia de Cristo, ¿estás desplegando aquellas
cosas que perecerán con el uso? ¿O comunicas algún nuevo pensamiento sobre el
carácter y la obra de Cristo a aquellos con quienes te pones en contacto?. . . ¡Ojalá
aquellos por los cuales Dios ha hecho maravillas mostraran su alabanza y hablaran
de sus obras poderosas! Pero, ¡cuán a menudo aquellos para los cuales Dios obra
son como Ezequías y se olvidan del Dador de todas sus bendiciones! (Signs of the
Times, 1-10-1892). 242
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVt2wsKuNQyS_NzoE2HUr23o
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