miércoles, 22 de enero de 2020

081. SAMUEL EL PORTAVOZ DE DIOS.


…14 Por tanto, yo he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de la casa de Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas… 1 Samuel 3.

*Tan paciente es Dios, que demora para juzgarnos. Porque nos ama y quiere que reconsideremos nuestra equivocación. Y volvamos en paz con él; mientras la puerta de su gracia está abierta.
Eli por su amor equivocado a sus hijos, cerró voluntariamente su comunicación directa con Dios.
Para ello Dios, como ayer usa otras personas. En éste caso, usará a su nuevo pupilo, Samuel.
Y está es la historia.


I. CÓMO FUE REVELADA A SAMUEL LA PALABRA DE JEHOVÁ POR PRIMERA VEZ.
1 EL JOVEN Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia.
2 Y aconteció un día, que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a oscurecerse de modo que no podía ver,
3 Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada,

4 Jehová llamó a Samuel; y él respondió: 
Heme aquí.
5 Y corriendo luego a Elí, dijo: Heme aquí; ¿para qué me llamaste?  Y Elí le dijo: Yo no he llamado; vuelve y acuéstate.  Y él se volvió y se acostó.
6 Y Jehová volvió a llamar otra vez a Samuel. Y levantándose Samuel, vino a Elí y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Y él dijo: Hijo mío, yo no he llamado; vuelve y acuéstate.
7 Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada.

8 Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel.  Y él se levantó y vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado?  Entonces entendió Elí que Jehová llamaba al joven.

9 Y dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás: Habla, Jehová, porque tu siervo oye.  Así se fue Samuel, y se acostó en su lugar.
10 Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel!  Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye. 1 Samuel 3.

* Y LA PALABRA DE JEHOVÁ ESCASEABA EN AQUELLOS DÍAS; NO HABÍA VISIÓN CON FRECUENCIA.
"No eran corrientes las visiones" (BJ).  Esta declaración muestra que la palabra del Señor "escaseaba" (RVR) o era "rara" (BJ) en aquel tiempo.  Pocas veces llegaban mensajes inspirados hasta el pueblo de Dios.  Ahora bien, el narrador explica más específicamente por qué existía esta situación: Dios no aparecía en visión con tanta frecuencia como en otros tiempos.  El énfasis no se aplica tanto a la manera de la revelación como a su frecuencia. 466
Este es el primer uso en la Escritura de la palabra jazon, "visión", y es el único caso en que se usa en los dos libros de Samuel.  Una comparación de jazon con mar'ah -también traducida "visión"- aclara el método de Dios de revelar sus planes para la salvación de la humanidad. 

La palabra jazon proviene de un verbo que significa "PERCIBIR CON VISIÓN INTERIOR", en tanto que mar'ah se deriva de un verbo que significa "ver visiblemente".

  Ambas se usan indistintamente con jalom, "sueño".  La palabra mar'ah se emplea comúnmente en los libros más antiguos de la Biblia para describir mensajes de Dios para los hombres, ya sea en sueños o mediante visitas personales de mensajeros celestiales. 

Cuando Jacob salió de viaje para Egipto (Gén. 46: 2), Dios le habló "en visiones [mar'ah] de noche". Jacob se sintió en la presencia divina, y la revelación fue tan real como la que recibió Abrahán cuando lo visitaron los tres ángeles antes de la destrucción de Sodoma (Gén. 18: 2-22). 

Esta misma clase de revelación divina es también llamada un sueño -jalom- como cuando Dios amonestó a Abimelec, acerca de la mujer de Abrahán (Gén. 20: 3-13).  Cuando sucedió la sedición de Aarón y María, Dios dijo: "Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión [mar'ah], en sueños [Jalom] hablaré con él".

DANIEL usa frecuentemente las tres palabras. Cuando relata la visión de las cuatro bestias usa la palabra jazon (Dan. 7: 1, 2, 7, 13, 15) para describir el sueño; jalom (cap. 7: 1) cuando se describen simbólicamente acontecimientos futuros.
También usa la palabra jazon en cap. 8: 1.

 Pero cuando Daniel se turbó en cuanto al significado de la visión y fue a la orilla del río, allí vio al ángel Gabriel, a quien se le ordenó: "Enseña a éste la visión [mar'ah]".  Pero Gabriel, después de alentar al profeta, le dijo: "Entiende, hijo del hombre, porque la visión [jazon] es para el tiempo del fin" (Dan.  8: 16, 17).

La impresión que el visitante celestial hizo en Samuel fue tan real, que él se refirió a ella en 1 Sam. 3: 15 como a una mar'ah.  Por lo tanto, la declaración del vers. 1 no implica que el Señor no estuviera dispuesto a guiar a su pueblo.  Sin embargo, es evidente que entonces LAS PERCEPCIONES espirituales e intelectuales de Israel habían decaído mucho.

ANTES QUE LA LÁMPARA DE DIOS FUESE APAGADA,
Nunca debía apagarse el candelero de oro de siete brazos, colocado en el lado sur del lugar santo (ver com.  Exo. 27: 20, 21).  Las lámparas estaban llenas con el mejor aceite de oliva -símbolo del Espíritu Santo- y el sumo sacerdote "alistaba" las lámparas a la mañana y a la noche, cuando colocaba el incienso sobre el altar delante del velo que separaba el lugar santo del lugar santísimo (ver com.  Exo. 30: 7, 8).  Así como el brillo de esas lámparas alumbraba en la oscuridad de la noche, también Cristo ilumina este mundo tenebroso, proyectando siempre la gloria de su amor y sacrificio en las tinieblas del corazón humano (ver Juan 1: 4, 5, 9). ¡Cuánto gozo se experimenta al aceptar con sinceridad esta luz celestial!
Así como el candelero daba luz en el santuario de la antigüedad, el Espíritu Santo ilumina espiritualmente a los hombres para que puedan percibir con claridad el plan de salvación.  Pero sin la luz interior que ilumina el alma, la luz literal tendría muy poco valor.  La letra del ritual del santuario nada significaría si no estuviese allí el espíritu (ver Isa. 1: 11, 13, 15, 16).  Aunque tanto los dirigentes como el pueblo imitaban a las naciones idólatras que los rodeaban, aquí y allá había almas humildes -tales como Elcana y su casa- que preservaban la visión espiritual que tanto se necesitaba.


ENTONCES ENTENDIÓ ELÍ QUE JEHOVÁ LLAMABA AL JOVEN.
Cuando Samuel se presentó ante Elí por tercera vez, el anciano sacerdote comprendió que era Dios el que hablaba. El hecho de que Dios lo pasara por alto para comunicarse con un jovencito fácilmente podría haberle despertado celos profesionales.  Sin embargo, recordando el mensaje que había recibido años atrás del varón de Dios, Elí, al advertir que el mensaje era para él, pudo haber razonado que el Señor debería habérselo revelado directamente.  Es admirable la honradez de Elí al tratar con Samuel en esas condiciones.  Comprendiendo quizá por primera vez que Dios estaba preparando a otro para que ocupara su cargo, no sintió rencor; por el contrario, hizo todo lo que pudo a fin de preparar a Samuel para su importante misión, dando al muchacho el mejor consejo de que disponía.  Samuel recibió la instrucción de que pensara en sí mismo como el siervo del Señor, listo para oír el consejo divino y para obedecerlo. ¡Qué lección hay en la experiencia de Elí para quienes temen no recibir la honra que demanda su cargo, y de que las manos de otros ocupen el 467 lugar de las suyas en las tareas propias de ese cargo!

Y VINO JEHOVÁ Y SE PARÓ, Y LLAMÓ COMO LAS OTRAS VECES
Puesto que era una experiencia nueva para el joven Samuel, bondadosamente el Señor manifestó su presencia en alguna forma definida que no se describe con detalles.  Antes de que se pronunciara una palabra, tanto el anciano sacerdote como su joven ayudante comprobaron ampliamente que allí estaba la presencia de un poder sobrenatural y, como niños instruidos por sus padres, ambos fueron inducidos por el Espíritu Santo a estar dispuestos a escuchar y a obedecer.

¡Eso no habría sucedido si el mensaje del Señor se hubiera dirigido a un hombre como Ofni!  Por ejemplo, ¡cuán diferente fue la recepción del reproche de Dios por parte de Saúl y de David!  Saúl abundó en censuras, disculpas y justificación propia (cap. 15: 16-31), pero David - debido a muchos años de entrega al Señor- no se disculpó por su pecado; sólo procuró tener un corazón limpio y un espíritu recto.
 (2 Sam. 12: 1-14; cf.  Sal. 51: 10; 103: 12).

Bien puede hacerse la pregunta: ¿Por qué no habló el Señor directamente a Elí?  Este parece haber sido un hombre sincero y humilde que deseaba paz y rectitud por encima de todo lo demás.  Por lo tanto, ¿para qué hacer intervenir a Samuel?  Pero Dios ya no se comunicaba más con Elí ni con sus hijos. (PP 629).


II. DIOS LE ANUNCIA A SAMUEL LA DESTRUCCIÓN DE LA CASA DE ELÍ.
11 Y Jehová dijo a Samuel: He aquí haré yo una cosa en Israel, que a quien la oyere, le retiñirán ambos oídos. 12 Aquel día yo cumpliré contra Elí todas las cosas que he dicho sobre su casa, desde el principio hasta el fin. 13 Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado. 14 Por tanto, yo he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de la casa de Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas. 
1 Samuel 3.

*HARÉ YO UNA COSA EN ISRAEL
Samuel vivió durante años en un mal ambiente, y no podía menos que ver la diferencia entre las instrucciones dadas en los rollos de la ley y la vida de los jóvenes sacerdotes con quienes se había relacionado íntimamente.  Si les hubiera preguntado a ellos, tan sólo habría recibido airados desdenes.  Sus padres no estaban presentes para darle consejos, y vacilaba en recurrir al mismo Elí. Mientras meditaba en este asunto, pudo haberle venido la misma pregunta que acude a la mente de un joven piadoso de hoy día: Si la Palabra de Dios establece ciertos principios para realizar la obra divina, y los dirigentes no sólo no siguen esas instrucciones sino que son culpables de graves faltas,

¿Por Qué Les Permite Dios Que Sigan Ministrando En Su Cargo Santo?

La semilla sembrada no rinde inmediatamente una cosecha porque se necesita tiempo para que el fruto llegue a su madurez. El proceso del desarrollo del carácter requiere tiempo: un tiempo de gracia. Tal fue el caso de Ofni y Finces; así también es hoy día. 

Finalmente Dios reduce a la nada a los que desafían sus estatutos (Sal. 119: 118).  Del mismo modo en que Cristo permitió que Judas ocupara un puesto en que tuviera la oportunidad de lograr éxito, también Dios permitió que Ofni y su hermano fueran colocados en un puesto desde el cual, confiando en él, pudieran llegar a ser ministros aceptables del pacto.

 Pero, al igual que Judas, los hijos de Elí no se entregaron a la conducción divina.  Permitiendo que se enseñoreara EL YO, impidieron que Dios les impartiera la preparación necesaria.  Dios sabía lo que iba a suceder si continuaban con su conducta perversa, y con amor y tolerancia les advirtió cuál sería el resultado.  Sin embargo, tal como Judas, hicieron lo que les plugo tan sólo para comprender finalmente la verdad expresada por Pablo siglos más tarde: "El que siembra para su carne, de la carne segará corrupción"(Gál. 6: 8). En su propia experiencia, Samuel comprobó la admonición de Pablo: "No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos"(Gál. 6: 9).


* LA RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES *
Vi que descansa sobre los padres una gran responsabilidad. Estos no deben ser manejados por sus hijos, sino que deben dirigirlos a ellos. Se me señaló el caso de Abrahán. Él era fiel en su casa, gobernó a su familia después de él, y ello fue recordado por Dios.

SE ME MENCIONÓ luego el caso de Elí. Él no reprendía a sus hijos y éstos se pervirtieron y envilecieron y por su maldad extraviaron a Israel.

Cuando Dios hizo conocer sus pecados a Samuel, y le comunicó la grave maldición que los iba a sobrecoger porque Elí no los había reprendido, dijo que sus pecados no podían ser limpiados por sacrificios u ofrendas. Cuando Samuel le transmitió lo que el Señor le había revelado, Elí se sometió, diciendo: "Jehová es; haga lo que bien le pareciera." (1 Sam. 3: 18). 
La maldición de Dios no tardó en sobrevenir. Aquellos malvados sacerdotes fueron muertos, así como treinta mil hombres de Israel, y el arca de Dios fue tomada por el enemigo. Y cuando Elí oyó que el arca de Dios había sido tomada, cayó de espaldas y murió. TODO ESTE MAL RESULTÓ de la negligencia de Elí en cuanto a reprender a sus hijos.

“Vi Que, Si Dios Era Tan Escrupuloso Que Advertía Tales Cosas Antiguamente, No Las Nota Menos En Estos Último Días”.

LOS PADRES DEBEN GOBERNAR A SUS HIJOS, corregir sus acciones y subyugarlos, o Dios destruirá seguramente a sus hijos en el día de su gran ira; y los padres que no hayan dominado a sus hijos no quedarán sin culpa. 

De manera especial, deben los siervos de Dios gobernar sus propias familias y mantenerlas en buena sujeción. Vi que no están preparados para juzgar o decidir asuntos de la iglesia, a menos que puedan gobernar bien su propia casa. Primero deben poner orden en su casa, y luego su juicio e influencia pesarán en la iglesia.

* ELÍ podría haber reprendido a sus hijos perversos, pero temía desagradarles.  Los dejó persistir en su rebeldía, hasta que llegaron a ser una maldición para Israel. 
SE EXIGE que los padres refrenen a sus hijos. 
La salvación de éstos depende en gran parte de la conducta seguida por los padres. 

EN SU AMOR Y TERNURA EQUIVOCADOS, muchos padres miman a sus hijos para perjuicio de éstos, fomentan su orgullo, y los atavían con adornos que los envanecen e inducen a pensar que el traje es lo que hace a un caballero o a una dama.  Pero una corta relación con ellos convence a quienes los tratan de que una hermosa apariencia no es suficiente para ocultar la deformidad del corazón desprovisto de las gracias cristianas, pero lleno de amor propio, altanería, y pasiones sin freno.

  LOS QUE AMAN LA MANSEDUMBRE, la humildad y la virtud, deben huir de tal sociedad, aún cuando sea la de hijos de observadores del sábado.  Su compañía es deletérea; su influencia conduce a la muerte. 77 Los padres no se dan cuenta de la influencia destructora que ejerce la semilla que están sembrando. Ella brotará y dará un fruto que hará a los hijos despreciar la autoridad paterna. 
1JT 28, 76,77


III. SAMUEL LE COMUNICA LA VISIÓN 
A ELÍ.
15 Y Samuel estuvo acostado hasta la mañana, y abrió las puertas de la casa de Jehová.  Y Samuel temía descubrir la visión a Elí. 16 Llamando, pues, Elí a Samuel, le dijo: Hijo mío, Samuel.  Y él respondió: Heme aquí. 17 Y Elí dijo: ¿Qué es la palabra que te habló?  Te ruego que no me la encubras; así te haga Dios y aun te añada, si me encubrieras palabra de todo lo que habló contigo. 18 Y Samuel se lo manifestó todo, sin encubrirle nada.  Entonces él dijo: Jehová es; haga lo que bien le pareciera. 1 Samuel 3.

Y SAMUEL TEMÍA DESCUBRIR LA VISIÓN A ELÍ.
*En este mundo de pecado, nunca es fácil ser portavoz del Señor.  Elías arriesgó la vida cuando advirtió a Acab del hambre que sobrevendría; pero fue intrépido en su obediencia, y Dios se encargó de los resultados. ¡Samuel era apenas un jovencito!  Y tuvo que aprender en su mocedad a no tener miedo de afrontar a los hombres, así como Jesús, cuando era un muchacho de sólo 12 años no temió afrontar a los dirigentes de su tiempo. 


IV. SAMUEL CRECE Y GOZA DE LA PROTECCIÓN DE DIOS.
19 Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras.
20 Y todo Israel, desde Dan hasta Beer-seba, conoció que Samuel era fiel profeta de Jehová.
21 Y Jehová volvió a aparecer en Silo; porque Jehová se manifestó a Samuel en Silo por la palabra de Jehová. 1 Samuel 3.

JEHOVÁ ESTABA CON ÉL.
Estaba por ponerse el sol de Elí, pero ya estaba saliendo el de Samuel.  Cristo sufrió las angustias de la separación del Padre (ver DTG 636,637, 701, 704, 705), pero Dios nunca ha conducido a su pueblo a través de la oscuridad total que produce nuestra separación de él.

 En la cruz le pareció a Cristo que hollaba solo el lagar; sin embargo, su Padre estaba allí sufriendo con él.

 Después de haber estado durante años observando el pecado que lo rodeaba, podría haberle parecido a Samuel que Dios toleraba el pecado o que había cambiado su plan para el hombre.  Pero no sabía Samuel cuánto tiempo Dios había esperado a un joven a quien pudiera realmente impartir su Espíritu y confiarle 468 el liderazgo de su obra en la tierra.
Por ejemplo, cuando fracasó Saúl no fue reemplazado inmediatamente.

 Durante años todavía tuvo la oportunidad de cambiar su actitud mental y entregarse a la conducción de un Padre amante.  Pero el fanatismo y la censura pronto produjeron la rebelión contra la dirección divina, mientras que el orgullo y la justificación propia lo despojaron de la fortaleza espiritual.  Sin embargo, durante los años de la prueba de Saúl, David fue invitado a sentarse a los pies del Rey de reyes, como una preparación para asumir las responsabilidades de la dirección de Israel.

NINGUNA DE SUS PALABRAS.
Naturalmente Samuel tenía mucho que aprender, pero desde temprano se educó en la escuela de la obediencia a las órdenes de Dios. ¡Qué gozo debe haber sido para el Señor encontrar a un muchacho que anhelaba el privilegio de aprender sus caminos y que estaba determinado a obedecerle cualquiera fuese el costo!
No es de admirarse que el pueblo lo hubiese aceptado como profeta cuando era todavía muy joven. 2 CBA

*LAS PEQUEÑAS responsabilidades que desempeñó fielmente Samuel en su preparación previa a este gran encuentro con Dios. Determinó ser portavoz de Dios.
Por tanto, ¡Padres y Madres!, Preparemos a nuestros hijos, dándoles en casa responsabilidades de acuerdo a su edad. Supervisando que los hagan bien y con alegría. Eso hará que mañana se les confié responsabilidades mayores y por ende serán buenos en su profesión con la gracia de Dios.
Porque deben entender que la tarea encomendada, lo hacen para Dios y no solo para los padres o maestros. “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres” 
Colosenses 3:23. Amen. 
Ministerio Hno. Pio

080. JUICIO A LA CASA DE ELI.


“Dios visitó con su maldición no sólo a los hijos de Elí, sino a Elí mismo, y este terrible ejemplo debiera ser una advertencia para los padres de nuestros días”

Y VINO UN VARÓN DE DIOS A ELÍ
27 Y vino un varón de Dios a Elí, y le dijo: Así ha dicho Jehová: ¿No me manifesté yo claramente a la casa de tu padre, cuando estaban en Egipto en casa de Faraón?
28 Y yo le escogí por mi sacerdote entre todas las tribus de Israel, para que ofreciese sobre mi altar, y quemase incienso, y llevase efod delante de mí; y di a la casa de tu padre todas las ofrendas de los hijos de Israel.
29 ¿Por qué habéis hollado mis sacrificios y mis ofrendas, que yo mandé ofrecer en el tabernáculo, y has honrado a tus hijos más que a mí, engordándoos de lo principal de todas las ofrendas de mi pueblo Israel?
30 Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco. 
1 Samuel 2.


ELÍ murió de 98 años (cap. 4: 15; ver com. cap. 2: 22), cuando Samuel tenía suficiente edad para ser reconocido como profeta y como probable sucesor de Elí como juez (cap. 3: 19-21).  Puesto que naturalmente debe haber transcurrido algún tiempo entre las dos solemnes amonestaciones de los caps. 2 y 3, parece probable que esta visita del profeta anónimo se efectuó poco después de la dedicación de Samuel.  De lo contrario, no hay razón aparente para que Samuel no hubiera sido el portador de ambos mensajes del Señor.

¡Cuán Tolerante es Dios!  
Por ejemplo, Saúl recibió amonestación tras amonestación, y se le dieron muchos años para que reflexionara antes de que finalmente eligiera proceder de acuerdo con su propia voluntad.
Pero Elí se rindió ante las exigencias familiares en vez de cumplir con su deber ante Dios en bien del pueblo.  La virtud no se hereda; se adquiere.  Los hijos de Elí heredaron una responsabilidad sagrada y un nombre honorable.  Sin embargo, debido al egoísmo, de tal manera se habían convertido en siervos de Satanás, que merecían la reprobación unánime del pueblo.  

Cuando su padre dejó de ejercer su autoridad, se le advirtió que así  464 como la reverencia y la honra producen una cosecha de buen carácter y utilidad, 
también cuando se siembran irreverencia y deshonra, los resultados son pesares y chascos 
(1 Samuel 2:32).  

"La ley del servicio propio 
es la ley de la destrucción propia" 
(DTG 577).

AMBOS MORIRÁN EN UN DÍA.
31 HE AQUÍ, vienen días en que cortaré tu brazo y el brazo de la casa de tu padre, de modo que no haya anciano en tu casa. 32 Verás tu casa humillada, mientras Dios colma de bienes a Israel; y en ningún tiempo habrá anciano en tu casa. 33 El varón de los tuyos que yo no corte de mi altar, será para consumir tus ojos y llenar tu alma de dolor; y todos los nacidos en tu casa morirán en la edad viril. 34 Y te será por señal esto que acontecerá a tus dos hijos, Ofni y Finees: ambos morirán en un día.1 Samuel 2.

Puesto que Ofni y Finees habían abusado de las cosas del Señor, iban a sufrir una muerte violenta.  Con la esperanza de desviarlos de su mal proceder, Dios descorrió brevemente la cortina del futuro.  Habría sido natural esperar que los jóvenes corrigieran su conducta cuando oyeran esta profecía, a fin de no cosechar su cumplimiento.  Dios sencillamente previó su condenación; no la predeterminó.  El que ve el fin desde el principio conoce todo lo que afecta el ejercicio de Ia libre elección.  Al amonestar a ciertos individuos en cuanto a lo que les depara el porvenir, Dios prueba al universo que es tal el libre albedrío que ha otorgado al ser humano, que ni ese conocimiento del futuro le impide realizar lo que se haya propuesto.

UN SACERDOTE FIEL
35 Y yo me suscitaré un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma; y yo le edificaré casa firme, y andará delante de mi ungido todos los días. 1 Samuel 2:35.

*Las Escrituras no indican con qué sacerdote se cumplió esta profecía.  Algunos eruditos piensan que se refiere a Sadoc, del linaje de Eleazar, a quien Salomón dio el sacerdocio cuando Abiatar, del linaje de Itamar, fue desposeído debido a su colaboración con Adonías en una tentativa para apoderarse del trono de Salomón (1 Rey. 2: 27, 35). 

Otros piensan que se refiere a Cristo, y hay otros que piensan que la profecía se cumplió con Samuel y su obra.  Pero la lección importante de esta declaración debe buscarse en el hecho de que el hombre no puede impedir el cumplimiento final del deseo de Dios de restaurar su propia imagen en el corazón del hombre. 

A Israel se le había entregado el servicio del santuario con todo su minucioso simbolismo para ilustrar el medio por el cual obra Cristo.  Con todo, aunque sacerdotes y gobernantes rechazaron el plan, todavía el propósito de Dios -que no conoce ni prisa ni pausa- avanzó ininterrumpidamente hasta su cumplimiento pleno.

 Si el hombre elige proceder así, puede asociarse con Cristo en el logro de esta meta; si rehúsa, él es el único culpable.  No puede acusar a Dios de que tenga malos designios contra él. CBA

JUICIO A LA CASA DE ELI
PERO CUANDO EL JUEZ de Israel (ELI) descuidó su obra, Dios se hizo cargo de la situación.
"Y vino un varón de Dios a Elí, y díjole: Así ha dicho Jehová: ¿No me manifesté yo claramente a la casa de tu padre, cuando estaban en Egipto en casa de Faraón?  Y yo le escogí por mi sacerdote entre todas las tribus de Israel, para que ofreciese sobre mi altar, y quemase perfume, y trajese ephod delante de mí; y dí a la casa de tu padre todas las ofrendas de los hijos de Israel.
¿Por qué habéis hollado mis sacrificios y mis presentes, que yo mandé ofrecer en el tabernáculo?
¿y has honrado a tus hijos más que a mí, engordándolos de lo principal de todas las ofrendas de mi pueblo Israel?
 Por tanto, Jehová el Dios de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me tuvieren en poco, serán viles. . . .Y yo me suscitaré un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma; y yo le edificaré casa firme, y andará delante de mi ungido todos los días."

DIOS ACUSÓ A ELÍ de honrar a sus hijos más que al Señor.  Antes que avergonzar a sus hijos por sus prácticas impías y odiosas, ELÍ había permitido que la ofrenda destinada por Dios a ser una bendición para Israel se trocase en cosa abominable. 

LOS QUE SIGUEN SUS PROPIAS INCLINACIONES, en su afecto ciego por sus hijos, y, permitiéndoles que satisfagan sus deseos egoístas, no les hacen sentir el peso de la autoridad de Dios para reprender el pecado y corregir el mal, ponen de manifiesto que 625 honran a sus hijos impíos más que a Dios.  Sienten más anhelo por escudar la reputación de ellos que por glorificar a Dios; y tienen más deseo de complacer a sus hijos que de agradar al Señor y de mantener su servicio libre de toda apariencia de mal.

A ELÍ, COMO SUMO SACERDOTE Y JUEZ DE ISRAEL, Dios le consideraba responsable por la condición moral y religiosa de su pueblo, y en un sentido muy especial, por el carácter de sus hijos.  El debió haber procurado refrenar primero la impiedad por medidas benignas; pero si éstas no daban resultados positivos, debiera haber dominado el mal por los medios más severos.  Provocó el desagrado del Señor al no reprender el pecado ni ejecutar justicia sobre el pecador.  No se podría confiar en él para que mantuviera puro a Israel.

 AQUELLOS QUE NO TIENEN SUFICIENTE VALOR PARA REPRENDER EL MAL, o que por indolencia o falta de interés no hacen esfuerzos fervientes para purificar la familia o la iglesia de Dios, son considerados responsables del mal que resulte de su descuido del deber.

SOMOS tan responsables de los males que hubiéramos podido impedir en otros por el ejercicio de la autoridad paternal o pastoral, como SI HUBIÉSEMOS COMETIDO los tales hechos nosotros mismos.

ELÍ NO ADMINISTRÓ SU CASA DE ACUERDO CON LOS REGLAMENTOS QUE DIOS DIO PARA EL GOBIERNO DE LA FAMILIA.  Siguió su propio juicio.  El padre indulgente pasó por alto las faltas y los pecados de sus hijos en su niñez, lisonjeándose de que después de algún tiempo, al crecer, abandonarían sus tendencias impías. 


MUCHOS ESTÁN COMETIENDO AHORA UN ERROR SEMEJANTE.  Creen conocer una manera mejor de educar a sus hijos que la indicada por Dios en su Palabra.  Fomentan tendencias malas en ellos y se excusan diciendo: "Son demasiado jóvenes para ser castigados.  Esperemos que sean mayores, y se pueda razonar con ellos." En esta forma se permite que los malos hábitos se fortalezcan hasta convertirse en una segunda naturaleza.  Los niños crecen sin freno, con rasgos de carácter que serán una 626 maldición para ellos durante toda su vida, y que propenderán a reproducirse en otros.

No hay maldición más grande en una casa que la de permitir a los niños que hagan su propia voluntad.  Cuando los padres acceden a todos los deseos de sus hijos y les permiten participar en cosas que reconocen perjudiciales, los hijos pierden pronto todo respeto por sus padres, toda consideración por la autoridad de Dios o del hombre, y son llevados cautivos de la voluntad de Satanás. 

LA INFLUENCIA DE UNA FAMILIA MAL GOBERNADA SE DIFUNDE, y es desastrosa para toda la sociedad.  Se acumula en una ola de maldad que afecta a las familias, las comunidades y los gobiernos.

A causa de su cargo, la influencia de Elí era mayor que si hubiera sido un hombre común.  Su vida familiar se imitaba por doquiera en Israel.  Los resultados funestos de su negligencia y de sus costumbres indulgentes se podían ver en miles de hogares que seguían el modelo de su ejemplo.  Si se toleran las prácticas impías en los hijos mientras que los padres hacen profesión de religión, la verdad de Dios queda expuesta al oprobio.  La mejor prueba del cristianismo en un hogar es la clase de carácter engendrada por su influencia.  Las acciones hablan en voz mucho más alta que la profesión de piedad más positiva.

SI LOS QUE PROFESAN LA RELIGIÓN, en vez de hacer esfuerzos fervientes, persistentes y concienzudos para criar una familia bien ordenada como testimonio de los beneficios que reporta la fe en Dios, son flojos en el gobierno de la casa y toleran los malos deseos de sus hijos, obran como Elí y acarrean deshonra a la causa de Cristo, y ruina para si mismos y sus familias.  Pero por grandes que sean los males debidos a la infidelidad paternal en cualquier circunstancia, son diez veces mayores cuando existen en las familias de quienes fueron designados maestros del pueblo.  Cuando éstos no gobiernan sus propias casas, desvían por su mal ejemplo a muchos del buen camino.  Su culpabilidad es tanto mayor que la de los demás cuanto mayor es la responsabilidad de su cargo. 627

Se había prometido que la casa de Aarón andaría siempre delante de Dios; pero esta promesa se había hecho a condición de que los miembros de la tal casa se dedicaran a la obra del santuario con corazón sincero y honraran a Dios en toda forma, no sirviéndose a sí mismos ni siguiendo sus propias inclinaciones perversas.  Elí y sus hijos habían sido probados, y el Señor los había hallado enteramente indignos del elevado cargo de sacerdotes en su servicio.  Así que Dios declaró: "NUNCA YO TAL HAGA." No podía hacer en su favor el bien que quería hacerles, porque ellos no habían hecho su parte.

EL EJEMPLO que deben dar los que sirven en las cosas santas debe ser de tal carácter que induzca al pueblo a reverenciar a Dios y a temer ofenderle.  

Cuando los hombres que actúan como "en nombre del Cristo"(2 Cor. 5: 20), para proclamar al pueblo el mensaje divino de misericordia y reconciliación, usan su sagrada vocación como un disfraz para satisfacer sus deseos egoístas o sensuales, se convierten en los agentes más eficaces de Satanás.

 COMO OFNI Y FINEES, inducen al pueblo a aborrecer el sacrificio a Jehová.  Puede ser que se entreguen secretamente a su mala conducta por algún tiempo; pero cuando finalmente se revela su verdadero carácter, la fe del pueblo recibe un golpe que a menudo resulta en la destrucción de toda fe en la religión. 

Queda en su mente desconfianza hacia todos los que profesan enseñar la palabra de Dios.  Reciben con dudas el mensaje del siervo verdadero de Cristo.  Se preguntan constantemente: "¿No será este hombre como aquel que creíamos tan santo y que resultó tan corrupto?" Así pierde la palabra de Dios todo su poder sobre las almas de los hombres.

EN LA REPRENSIÓN QUE DIRIGIÓ ELÍ A SUS HIJOS, hay palabras de significado solemne y terrible, palabras que deben pesar todos los que sirven en las cosas sagradas: 
"Si pecare el hombre contra el hombre, los jueces le juzgarán; más si alguno pecare contra Jehová, ¿quién rogará por él?"

Si los delitos de ellos hubieran perjudicado tan sólo a sus semejantes, el juez podría haber hecho una reconciliación señalando una pena y requiriendo 628 la restitución correspondiente; y los culpables podrían haber sido perdonados. O si su pecado no hubiese sido de presunción, podría haberse ofrecido en su favor un sacrificio expiatorio.

 PERO SUS PECADOS ESTABAN TAN ENTRETEJIDOS CON SU MINISTERIO COMO SACERDOTES DEL ALTÍSIMO en el ofrecimiento de sacrificios por los pecados, y la obra de Dios había sido tan profanada y deshonrada ante el pueblo, que no había expiación aceptable en su favor.  Su propio padre, a pesar de que era sumo sacerdote, no se atrevía a interceder por ellos; ni podía escudarlos de la ira de un Dios santo.

DE TODOS LOS PECADORES, son más culpables los que arrojan menosprecio sobre los medios que el Cielo proveyó para la redención del hombre, los que crucifican "de nuevo para si mismos al hijo de Dios," y le exponen "a vituperio." (Heb. 6: 6.)  

*AÑO TRAS AÑO el Señor había postergado los castigos con que le amenazaba. Mucho pudo haberse hecho en aquellos años para redimir los fracasos del pasado; pero el anciano sacerdote no tomó medidas eficaces para corregir los males que estaban contaminando el santuario de Jehová y llevando a la ruina a millares de Israel. Por el hecho de que Dios tuviera paciencia, Ofni y Finees endurecieron su corazón y se envalentonaron en la transgresión. Elí hizo conocer a toda la nación los mensajes de reproche que habían sido dirigidos a su casa. Así esperaba contrarrestar, hasta cierto punto, la influencia maléfica de su negligencia anterior.
PERO LAS ADVERTENCIAS fueron menospreciadas por el pueblo, como lo habían sido por los sacerdotes.
 (Patriarcas y Profetas págs. 624-628, 630, 631).

DIOS CONDENA LA NEGLIGENCIA que se solaza en el pecado y el crimen, y la insensibilidad que es lenta para detectar su funesta presencia en las familias de cristianos profesos.
 El hace responsables a los padres en alto grado por las faltas y necedades de sus hijos. Dios visitó con su maldición no sólo a los hijos de Elí, sino a Elí mismo, y este terrible ejemplo debiera ser una advertencia para los padres de nuestros días”. 
(4 Testimonies pág. 200).

·       ¡Como estas viviendo hoy!
RECUERDA: El juicio a la casa de Eli. Fue a un líder religioso. Que tuvo grandes privilegios. Pero lo usó mal. Que puso como dios a sus hijos, por la buena política de la paz. Olvidando que Dios, debe estar primero. Y como tal dio una falsa impresión al pueblo de la gloria de Dios. 
Ministerio Hno. Pio

079. ELI Y SUS HIJOS.


“No hay maldición más grande en una casa que la de permitir a los niños que hagan su propia voluntad”. PP

LOS HIJOS DE ELÍ ERAN HOMBRES IMPÍOS, HOMBRES IMPÍOS.
12 Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová. 13 Y era costumbre de los sacerdotes con el pueblo, que cuando alguno ofrecía sacrificio, venía el criado del sacerdote mientras se cocía la carne, trayendo en su mano un garfio de tres dientes, 14 y lo metía en el perol, en la olla, en el caldero o en la marmita; y todo lo que sacaba el garfio, el sacerdote lo tomaba para sí.  De esta manera hacían con todo israelita que venía a Silo. 15 Asimismo, antes de quemar la grosura, venía el criado del sacerdote, y decía al que sacrificaba: Da carne que asar para el sacerdote; porque no tomará de ti carne cocida, sino cruda. 16 Y si el hombre le respondía: Quemen la grosura primero, y después toma tanto como quieras; él respondía: No, sino dámela ahora mismo; de otra manera yo la tomaré por la fuerza. 17 Era, pues, muy grande delante de Jehová el pecado de los jóvenes; porque los hombres menospreciaban las ofrendas de Jehová. 
1 Samuel 2:12-17.

* Literalmente, "hijos sin valor".  Así describe Moisés a los que instaban a sus prójimos a servir a otros dioses (Deut. 13: 13).  En los primeros días de los jueces, el levita que salió de viaje de Belén se detuvo para pasar la noche en Gabaa y fue acometido por unos "hijos de Belial" (Juec. 19: 22 RVA).  
En el NT "Belial" se usa como un equivalente de Satanás (2 Cor. 6: 15).  

Así como José fue colocado en el seno de la degeneración cortesana, también Samuel creció rodeado por un sacerdocio degenerado, "en medio de una generación maligna y perversa" (Fil. 2: 15).

Habiéndose rendido a las malas pasiones, Ofni y Finees no tenían el debido concepto del Dios a quien debían servir.  No disfrutaban de comunión con él, no simpatizaban con sus propósitos y no sentían su obligación para con él. 

 Meramente usufructuaban los cargos que tenían por derecho hereditario para su propio egoísmo y sus fines corruptos.  
Robaban al pueblo para complacer sus apetitos personales.  
Robaban a Dios no sólo de la parte que les correspondía en los sacrificios, sino también menoscababan la reverencia y el amor de los adoradores.  
Mediante sus viles concupiscencias rebajaban el servicio del Señor ante los ojos del pueblo al nivel de las orgías sensuales de los bosquecillos de ídolos vecinos. 

 PERO DIOS PERMITE que un alma sea colocada en medio de circunstancias tales para probar al universo que un mal ambiente no determina necesariamente el destino de un alma.  

Conociendo el espíritu codicioso de Judas, nadie pensaría hoy en colocarlo como tesorero.  Sin embargo Jesús así lo hizo (DTG 260, 261). 

 Tenía el propósito de que Judas quedara tan impresionado con cosas mucho más valiosas, que se entregara de todo corazón a su Salvador. Jesús amaba a Judas y hubiera querido convertirlo en uno de los principales apóstoles.
(ver DTG 261).

PERO ELLOS NO OYERON LA VOZ DE SU PADRE
22 Pero Elí era muy viejo; y oía de todo lo que sus hijos hacían con todo Israel, y cómo dormían con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión.
23 Y les dijo: ¿Por qué hacéis cosas semejantes?  Porque yo oigo de todo este pueblo vuestros malos procederes.
24 No, hijos míos, porque no es buena fama la que yo oigo; pues hacéis pecar al pueblo de Jehová.
25 Si pecare el hombre contra el hombre, los jueces le juzgarán; mas si alguno pecare contra Jehová, ¿quién rogará por él?  Pero ellos no oyeron la voz de su padre, porque Jehová había resuelto hacerlos morir. 1 Samuel 2:22-25

ELÍ ERA MUY VIEJO.
Un fragmento del libro de 1 Sam. encontrado en la cuarta cueva de Khirbet Qumrân y publicado en 1954 dice: "Elí tenía noventa años".  Albright piensa que se trata de una transposición del pasaje del cap. 4: 15 donde en la LXX se lee "noventa" como la edad de Elí cuando murió.  Sin embargo, el nuevo fragmento no indica que tenía 90 años cuando murió, sino cuando Samuel ya había estado a su servicio durante algún tiempo.

PERO ELLOS NO OYERON.
El ministerio de los hijos de Elí contrasta aquí con el de Samuel.  Este ganaba el favor tanto de los hombres como de Dios; Ofni y Finees no respetaban las instrucciones del Señor y hacían oídos sordos a los consejos de su padre.  Todos los hombres son seres morales libres.  Si eligen reposar bajo la mano poderosa de Dios (1 Ped. 5: 6), son ensalzados a su debido tiempo; pero si eligen seguir sus propios deseos, inevitablemente cosecharán el fruto de un proceder tal.

JEHOVÁ HABÍA RESUELTO HACERLOS MORIR.
Habían rechazado el control protector de Dios, elegido sus propios senderos de egoísmo y desechado deliberadamente el consejo del cielo.  Al apartarse del ángel de Jehová (Sal. 34: 7), sellaron su propia condenación.  Fueron los filisteos los que los mataron (1 Sam. 4: 10, 11); sin embargo Dios permitió su muerte porque habían rehusado seguirle. 

"DIOS NO ASUME NUNCA para con el pecador la actitud de un verdugo que ejecuta la sentencia contra la transgresión; sino que abandona a su propia suerte a los que rechazan su misericordia, para que recojan los frutos de lo que sembraron" (CS 40). 
¡Tal fue el caso de Judas! ¡Tal será el caso de todos los que rechazan las súplicas del Espíritu Santo! CBA

ELÍ Y SUS HIJOS “UN EJEMPLO PELIGROSO” *
No oyeron la voz de su padre. (1 Sam. 2: 25).
Elí era sacerdote y juez de Israel. Ocupaba los puestos más altos y de mayor responsabilidad entre el pueblo de Dios. Como hombre escogido divinamente para las sagradas obligaciones del sacerdocio, y puesto sobre todo el país como la autoridad judicial más elevada, se le consideraba como un ejemplo, y ejercía una gran influencia sobre las tribus de Israel. Pero aunque había sido nombrado para que gobernara al pueblo, no regía bien su propia casa. . .

AMABA TANTO LA PAZ Y LA COMODIDAD, que no ejercía su autoridad para corregir los malos hábitos ni las pasiones de sus hijos. Antes que contender con ellos, o castigarlos, prefería someterse a la voluntad de ellos, y les cedía en todo. En vez de considerar la educación de sus hijos como una de sus responsabilidades más importantes, trataba el asunto como si tuviera muy poca importancia.

EL SACERDOTE Y JUEZ DE ISRAEL no había sido dejado en las tinieblas con respecto a la obligación de refrenar y disciplinar a los hijos que Dios había confiado a su cuidado. Pero Elí se sustrajo a estas obligaciones, porque significaban contrariar la voluntad de sus hijos, y le imponían la necesidad de castigarlos y de negarles ciertas cosas...

La maldición de la transgresión era patente en la corrupción y la impiedad que distinguían la conducta de sus hijos. No apreciaban debidamente el carácter de Dios ni la santidad de su ley. El servicio de él era para ellos una cosa común. Desde su niñez se habían acostumbrado al santuario y su servicio; pero en vez de volverse más reverentes, habían perdido todo sentido de su santidad y significado.

 EL PADRE NO HABÍA CORREGIDO la falta de respeto que manifestaban hacia su propia autoridad, ni había refrenado su irreverencia por los servicios solemnes del santuario; y cuando llegaron a la edad viril estaban llenos de los frutos mortíferos del escepticismo y la rebelión...

NO HAY MALDICIÓN más grande en una casa que la de permitir a los niños que hagan su propia voluntad. Cuando los padres acceden a todos los deseos de sus hijos y les permiten participar en cosas que reconocen perjudiciales, los hijos pierden pronto todo respeto por sus padres, toda consideración por la autoridad de Dios o del hombre, y son llevados cautivos de la voluntad de Satanás. (Patriarcas y Profetas, págs. 621, 622, 626).


EN ESTOS TIEMPOS, la educación de los hijos está en crisis. Porque el estado se ha entrometido en gran parte del mundo y está educando a los hijos, como Eli hizo con sus hijos. Es fácil ver qué futuro tendrán esta futura sociedad. Pero los que creemos en Dios ¿También lo haremos así?

ELI era una buena persona, servicial, amable, oportuno…etc. Pero tenía los mismos genes de su ancestro Aaron cuando cedió a la voluntad del pueblo apostata en el desierto.
Era débil de espíritu, no sabía decir no.  
Dio buen ejemplo a sus hijos, instrucción, pero no los corrigió, cuando eran niños. Hoy ya joven ya no era posible. 

“Una educación solo de palabras 
y buen ejemplo logra poco”. 

Lo correcto es: Instrucción en los principios divinos, Buen ejemplo Y La Disciplina implícita y como último recurso la disciplina explicita.

Que Dios nos ayude a hacer mejor nuestra labor como padres. Para educarlos conforme a los principios divinos.

Recuerden: Los hijos son herencia de Jehová... 
Salmo 127:3, y no es; nuestra propiedad. Un día le daremos cuenta de nuestra paternidad. Amen. 
Ministerio Hno. Pio