domingo, 3 de noviembre de 2019

078. LOS PRIMEROS AÑOS DEL SACERDOCIO DE SAMUEL.


1 Samuel 2:11;18-21,26.
LAS PRIMERAS RESPONSABILIDADES
 DEL FUTURO SUMO SACERDOTE 
Y JUEZ DE ISRAEL 1
… y el niño ministraba a Jehová delante del sacerdote Elí. 
1 Samuel 2:11

EL NIÑO MINISTRABA.
La palabra traducida "niño" es ná´ar, que significa un muchacho de cualquier edad hasta la madurez.  A los 17 años José es llamado ná'ar.  El mismo término se aplica a los hijos de Elí en el vers. 17.  No se sabe cuántos años le llevaban a Samuel.  De acuerdo con el contexto, Elí los hizo sacerdotes antes de que llegaran a la madurez.  Se calcula la edad de Samuel entre los 3 y los 15 años. 

Cuando un hijo asume alguna responsabilidad desacostumbrada, muchas veces sus padres procuran de esa manera obtener alguna ventaja para ellos. 

Es digno de mucho encomio Elcana porque -aunque era levita- continuó con su forma habitual de vida en Ramá.  Conociendo, como seguramente conocían, la naturaleza del ambiente que rodearía a Samuel, Elcana y Ana deben haber sentido alguna preocupación cuando colocaron su ofrenda para el Señor en las manos de Elí y de sus dos hijos, Ofni y Finces.  Cuánto mayor debe haber sido la preocupación del Padre celestial cuando colocó a su Hijo dentro de la influencia y de las acechanzas de los indignos sacerdotes de sus días.  Cristo tenía 12 años cuando llamó la atención de los sacerdotes.  Sin embargo, su conducta en esa ocasión testifica de la realidad de la protección divina que se extiende aun sobre los niños que buscan la dirección celestial (ver com.  Luc. 2: 52).  Las vicisitudes de Samuel testifican de la misma dirección divina.
Las Escrituras aclaran que en medio de ese mal ambiente Samuel servía al Señor.  La palabra "ministrar" puede referirse a un servicio, ya fuera secular o sagrado.  Se la usa para las responsabilidades de José en la casa de Potifar y para la ayuda de Josué a Moisés en el monte de Dios (Exo. 24: 13).  La capacidad de Samuel para resistir las malas influencias que lo rodeaban, como fue también el caso de José y Josué, se puede atribuir a su firme decisión de ocuparse de las cosas de Dios. CBA


LAS PRIMERAS RESPONSABILIDADES DEL FUTURO SUMO SACERDOTE Y JUEZ DE ISRAEL 2
18 Y el joven Samuel ministraba en la presencia de Jehová, vestido de un efod de lino. 19 Y le hacía su madre una túnica pequeña y se la traía cada año, cuando subía con su marido para ofrecer el sacrificio acostumbrado. 1 Samuel 2:18,19. 

Y EL JOVEN SAMUEL MINISTRABA.
No en el sentido de tareas domésticas, sino de deberes sagrados referentes a la obra de los levitas en el santuario.  La palabra hebrea así traducida incluye ambas clases de "servicio". 463

UN EFOD DE LINO.
En este caso, una vestimenta usada por los sacerdotes de categoría inferior y los levitas, y a veces aun por personas importantes del pueblo.  Por ejemplo, David danzó delante del Señor vestido con un efod de lino (2 Sam. 6: 14).  Esto no se debe confundir con el efod del sumo sacerdote "de oro, azul, púrpura, carmesí y lino torcido" sobre el cual estaban sujetos el pectoral con 12 piedras, y el Urim* y el Tumim que servían para hacer preguntas a Dios (ver com.  Exo. 28: 6; cf. Juec. 8: 27).  Si el efod más sencillo de lino era del mismo modelo que el del sumo sacerdote -como parece probable- era una vestimenta corta, sin mangas, que consistía en un paño delantero y otro trasero unidos en los hombros y ceñidos en la cintura con un cinturón (ver com. Juec.  8: 27).

Y LE HACÍA SU MADRE UNA TÚNICA PEQUEÑA
Ana no solo ofreció su hijo al Señor sino que le demostró amor año tras año.  En la misma forma Dios vela continuamente sobre su pueblo.  No sólo dio a su Hijo una vez por todos sino que continuamente se interesa para que ese sacrificio progresivamente sea más eficaz para suplir las necesidades aun del más débil de sus hijos (Mat. 6: 30-34).

RECOMPENSA AL SACRIFICIO DE ANA
20 Y Elí bendijo a Elcana y a su mujer, diciendo: Jehová te dé hijos de esta mujer en lugar del que pidió a Jehová.
 Y se volvieron a su casa. 21 Y visitó Jehová a Ana, y ella concibió, y dio a luz tres hijos y dos hijas. Y el joven Samuel 
crecía delante de Jehová. 1 Samuel 2:20,21.

JEHOVÁ TE DÉ HIJOS DE ESTA MUJER EN LUGAR DEL QUE PIDIÓ A JEHOVÁ.
Mejor, "préstamo que ella ha cedido a Yahveh" (BJ).  Lo que es cedido en préstamo al Señor, con seguridad es devuelto con interés compuesto.  Ana dedicó un hijo al Señor y fue recompensada con otros cinco.  Abrahán hizo así con Isaac, y Dios le prometió una descendencia "como las estrellas del cielo"(Gén. 22: 17).  Cristo prometió devolver cien veces tanto aun en esta vida (Mat. 19: 29; Luc. 18: 30).


EL DESARROLLO ARMONIOSO DE SAMUEL
Y el joven Samuel iba creciendo, y era acepto delante de Dios y delante de los hombres. 1Samuel 2:26.

EL JOVEN SAMUEL
"Y el joven Samuel iba creciendo, y adelantando delante de Dios y delante de los hombres." Aunque Samuel pasaba su juventud en el tabernáculo dedicado al culto de Dios, no estaba libre de influencias perversas ni de ejemplo pecaminoso. Los hijos de Elí no temían a Dios ni honraban a su padre; pero 619 Samuel no buscaba la compañía de ellos, ni tampoco seguía sus malos caminos.  Se esforzaba constantemente por llegar a ser lo que Dios deseaba que fuese.  Este es un privilegio que, tiene todo joven.  Dios siente agrado cuando aun los niñitos se entregan a su servicio.
Samuel había sido puesto bajo el cuidado de Elí, y la amabilidad de su carácter le granjeó el cálido afecto del anciano sacerdote.  Era bondadoso, generoso, obediente y respetuoso.  Elí, apenado por los extravíos de sus hijos, encontraba reposo, consuelo y bendición en la presencia de su pupilo.  Samuel era servicial y afectuoso, y ningún padre amó jamás a un hijo más tiernamente que Elí a este joven.  Era cosa singular que entre el principal magistrado de la nación y un niño sencillo existiera tan cálido afecto.  A medida que los achaques de la vejez le sobrevenían a Elí, y le abrumaba la ansiedad y el remordimiento por la conducta disipada de sus propios hijos, buscaba consuelo en Samuel.
No era costumbre que los levitas comenzaran a desempeñar sus servicios peculiares antes de cumplir los veinte y cinco años de edad, pero Samuel había sido una excepción a esta regla.  Cada año se le encargaban responsabilidades de más importancia; y mientras era aún niño, se le puso un efod de lino como señal de consagración a la obra del santuario.

Aunque era muy joven cuando se le trajo a servir en el tabernáculo, Samuel tenía ya entonces algunos deberes que cumplir en el servicio de Dios, según su capacidad.  Eran, al principio, muy humildes, y no siempre agradables; pero los desempeñaba lo mejor que podía, con corazón dispuesto.  Introducía su religión en todos los deberes de la vida.  Se consideraba como siervo de Dios, y miraba su obra como obra de Dios.  Sus esfuerzos eran aceptados, porque los inspiraban el amor a Dios y un deseo sincero de hacer su voluntad.  Así se hizo Samuel colaborador del Señor del cielo y de la tierra.  Y Dios le preparó para que realizara una gran obra en favor de Israel. 620

UNA LECCIÓN PARA LOS PADRES
Si se les enseñara a los niños a considerar el humilde ciclo de deberes diarios como la conducta que el Señor les ha trazado, como una escuela en la cual han de prepararse para prestar un servicio fiel y eficiente, ¡cuánto más agradable y honorable les parecería su trabajo!

El cumplimiento de todo deber como para el Señor rodea de un encanto especial aun los menesteres más humildes, y vincula a los que trabajan en la tierra con los seres santos que hacen la voluntad de Dios en el cielo.

El éxito que se ha de obtener en esta vida, el éxito que nos asegurará la vida futura, depende de que hagamos fiel y concienzudamente las cosas pequeñas.

 En las obras menores de Dios no se ve menos perfección que en las más grandes.  La mano que suspendió los mundos en el espacio es la que hizo con delicada pericia los lirios del campo.  

Y así como Dios es perfecto en su esfera, hemos de serlo nosotros en la nuestra.

 La estructura simétrica de un carácter fuerte y bello, se edifica por los actos individuales en cumplimiento del deber.  Y la fidelidad debe caracterizar nuestra vida tanto en los detalles insignificantes como en los mayores. 

 La integridad en las cosas pequeñas, la ejecución de actos pequeños de fidelidad y bondad alegrarán la senda de la vida; y cuando hayamos acabado nuestra obra en la tierra, se descubrirá que cada uno de los deberes pequeños ejecutados fielmente ejerció una influencia benéfica imperecedera.

Los jóvenes de nuestro tiempo pueden hacerse tan valiosos a los ojos de Dios como lo fue Samuel.  Si conservan fielmente su integridad cristiana, pueden ejercer una influencia poderosa en la obra de reforma.  Hombres tales se necesitan hoy.  Dios tiene una obra especial para cada uno de ellos.  Jamás lograron los hombres resultados más grandes en favor de Dios y de la humanidad que los que pueden lograr en esta época nuestra quienes sean fieles al cometido que Dios les ha confiado. PP EGW

*CUANDO muchos niños de su edad estaban ocupados en otras tareas o jugando, como es propio de su edad. Samuel estaba en el lugar de privilegio que todo ser, debería desearía estar, el santuario. Salmo 84.

SE ESTABA PREPARANDO haciendo las cosas más pequeñas con alegría y buena voluntad; para que un día asumiera el cargo principal de la nación. 
 En esas condiciones de fidelidad y de buen discípulo. Más adelante escuchará su llamado. Escuchar la voz, que todos quisiéramos oír alguna vez en la vida. La voz de Dios en persona. 

Y Samuel no solo estaba en el santuario por imposición de su madre que pagó una promesa de buena fe, sino que también estaba creciendo en su fe y responsabilidades. Muestra de que amaba las cosas que realizaba, porque lo hacía para Dios. Vers. 26.
 Que Dios nos bendiga y emulemos el buen ejemplo de Samuel. Amen. Ministerio Hno. Pio