domingo, 31 de enero de 2021

31. “HASTA EL DÍA...” (NOÉ) I. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Gén. 6: 11-13.

Y... no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos. (2 Ped. 2: 5).

Dios advirtió a los habitantes del mundo antiguo de lo que se proponía hacer para limpiar la tierra de su impureza. Pero ellos se rieron con desprecio de lo que consideraron predicciones supersticiosas (En los Lugares Celestiales, pág. 345).

Al principio, pareció que muchos recibirían la advertencia; sin embargo, no se volvieron a Dios con verdadero arrepentimiento. No quisieron renunciar a sus pecados. . . Vencidos por la incredulidad reinante, se unieron a sus antiguos camaradas para rechazar el solemne mensaje. Algunos estaban profundamente convencidos, y hubieran atendido la amonestación; pero eran tantos los que se mofaban y los que ridiculizaban, que terminaron por participar del mismo espíritu, resistieron a las invitaciones de la misericordia, y pronto se hallaron entre los más atrevidos e insolentes burladores; pues nadie es tan desenfrenado ni se hunde tanto en el pecado como los que una vez conocieron la luz, pero resistieron al Espíritu que convence de pecado (Patriarcas y Profetas, pág. 82).

Continuaron sus fiestas y glotonerías; siguieron comiendo y bebiendo, plantando y edificando, haciendo planes con referencia a beneficios que esperaban obtener en el futuro; y se hundieron más profundamente en la impiedad y el obstinado menosprecio de los requerimientos de Dios, para mostrar que no temían al Ser infinito. . .

Si los antediluvianos hubiesen creído la advertencia y se hubiesen arrepentido de sus obras impías, el Señor habría desistido de su ira, como lo hizo más tarde con Nínive. Pero con su obstinada resistencia a los reproches de la conciencia y a las advertencias del profeta de Dios, aquella generación llenó la copa de su iniquidad y maduró para la destrucción. (Patriarcas y Profetas, págs. 84, 85).

El Señor nos ha enviado, mediante sus embajadores, mensajes de advertencia declarando que el fin de todas las cosas se está acercando. Algunos escucharán esas amonestaciones, pero la gran mayoría no les prestará atención. Así será cuando Cristo venga. Agricultores, comerciantes, abogados, fabricantes, estarán completamente ocupados con sus negocios y el día del Señor vendrá sobre ellos como lazo (En los Lugares Celestiales, pág. 345).  38

 

sábado, 30 de enero de 2021

30. “CASÁNDOSE Y DÁNDOSE EN CASAMIENTO” (NOÉ) I. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Gén 6: 1-8.

En los días antes del diluvio. . . estaban casándose y dándose en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca. (Mat. 24: 38).

En los días de Noé la fuerza bruta prevalecía en el mundo. Mediante amenazas de castigo, los hombres intimidaban a otros hombres (Manuscrito 29, 1911). 

En vez de hacer justicia a sus vecinos, ellos llevaban a cabo sus propios deseos ilícitos. Tenían muchas esposas, lo cual era contrario a la sabia disposición de Dios. En el principio Dios dio a Adán una esposa, para mostrar a todos los que vivirían en la tierra su orden y su ley respecto a esto. La transgresión y caída de Adán y Eva trajo pecado y miseria sobre la raza humana, y el hombre siguió sus propios deseos carnales, cambiando la orden de Dios.

 Cuanto más multiplicaban los hombres sus esposas, tanto más aumentaba su maldad y desdicha. Si alguno deseaba tomar las esposas, el ganado o cualquier cosa que perteneciera a su prójimo no tenía en cuenta la justicia y el derecho, sino que si podía prevalecer sobre su vecino mediante la razón de la fuerza o matándolo, lo hacía, y se regocijaba en sus actos de violencia. Les complacía destruir las vidas de los animales. Los usaban para alimento, y esto aumentaba su ferocidad y violencia, y les hacía mirar la sangre de los seres humanos con indiferencia sorprendente (Spiritual Gifts (Dones espirituales), tomo 3, págs. 63, 64).

A los descendientes de Set se los llamaba los hijos de Dios; a los descendientes de Caín los hijos de los hombres. Al mezclarse los hijos de Dios con los hijos de los hombres, se corrompieron, y al unirse con ellos en matrimonio, perdieron, mediante la influencia de sus esposas, su carácter peculiar y santo, uniéndose a los hijos de Caín en su idolatría. Muchos desecharon el temor de Dios y hollaron sus mandamientos. Pero había unos pocos que seguían la justicia, que temían y honraban a su Creador. Noé y su familia estaban entre los pocos justos (The Story of Redemption, pág. 62).

La poligamia se practicó desde tiempos muy antiguos. Fue uno de los pecados que trajo la ira de Dios sobre el mundo antediluviano. . . Hizo Satanás un premeditado esfuerzo para corromper la institución del matrimonio, debilitar sus obligaciones, y disminuir su santidad; pues no hay forma más segura de borrar la imagen de Dios en el hombre, y abrir la puerta a la desgracia y al vicio. (Patriarcas y Profetas, pág. 350). 37

 

viernes, 29 de enero de 2021

29. “UNA SOCIEDAD OPULENTA” (NOÉ) I. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

En los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo. . . y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevo a todos. (Mat. 24: 38, 39).

El pecado del mundo de Noé fue la Intemperancia, y hoy el pecado de la intemperancia en el comer y beber es tan marcado que Dios no lo tolerará por siempre. . . El hombre lleva al exceso lo que es lícito, y su ser entero sufre el resultado de la violación de las leyes que el Señor ha establecido.

La intemperancia en el comer y beber está en aumento. Las mesas se colman con todas clases de alimentos para satisfacer el apetito sensual. El sufrimiento es el resultado lógico de este curso de acción. La fuerza vital del organismo no puede soportar la carga que se le coloca, y éste finalmente se arruina.

Dios. . . no realizará un milagro para contrarrestar [los efectos de] la perversa violación de las leyes de la salud y la vida. . . El hombre debiera estimarse a sí mismo por el precio que ha sido pagado por él. Cuando se valore a sí mismo en esta forma, no abusará a sabiendas de una sola de sus facultades físicas o mentales. Es un insulto al Dios del cielo de parte del hombre abusar de sus preciosas facultades colocándose bajo el dominio de agentes satánicos, embruteciéndose al permitirse aquello que es ruinoso para la salud, para la piedad y para la espiritualidad (Carta 73a, año 1896, págs. 12, 13).

Aunque la maldad del mundo era tan grande, el Señor dio a los hombres ciento veinte años de prueba durante los cuales, si lo deseaban, podían arrepentirse.  Pero a pesar de la tolerancia de un Dios bueno y misericordioso, ellos no aprovecharon esa oportunidad. Durante un corto tiempo se sintieron aterrorizados, y tuvieron temor de vivir tan desenfrenadamente como lo habían hecho. Luego los hábitos depravados prevalecieron sobre el dominio propio. En proporción a la forma en que la gente resistía a la convicción, se oscurecía su entendimiento y se fortalecía su deseo de seguir un curso de acción impío. (Manuscrito 88, año 1897 págs. 1, 2).

Es necesario que comamos y bebamos para tener fuerza física para servir al Señor, pero cuando transformamos nuestro comer en glotonería, sin pensar en agradar a nuestro Padre celestial, comiendo aquello que agrada a nuestro gusto, estamos haciendo como en los días de Noé (Manuscrito 16, año 1895, pág. 5). 36