1 Rey. 17: 8-24.
Mi Dios, pues suplirá todo lo que os falta conforme
a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. (Fil. 4:19).
Leamos la historia de la viuda de Sarepta. A esta
mujer que vivía en tierra pagana Dios envió a su siervo en tiempo de hambre
para que le pidiese alimento. . . Admirable fue la hospitalidad manifestada al
profeta de Dios por esta mujer fenicia, y admirablemente fueron recompensadas
su fe y generosidad. . .
Dios no ha cambiado. Su poder no es menor hoy que
en los días de Elías. . . A sus fieles siervos de hoy como a sus primeros
discípulos, se aplican las palabras de Cristo: "El que os recibe a
vosotros, a mí recibe; y el que a mí recibe, recibe al que me envió". Ningún
acto de bondad hecho en su nombre dejará de ser reconocido y recompensado. Y en
el mismo tierno reconocimiento Cristo incluye aun a los más débiles y humildes
de la familia de Dios. "Y cualquiera que diere a uno de estos pequeñitos
-los que son como niños en su fe y conocimiento- un vaso de agua fría
solamente, en nombre de discípulo, de cierto os digo, que no perderá su
recompensa".
La pobreza no necesita privarnos de manifestar
hospitalidad. Hemos de impartir lo que tenemos. Hay quienes luchan para ganarse
la vida, quienes tienen grandes dificultades para suplir sus necesidades; pero
aman a Jesús en la persona de sus santos, y están listos para mostrar
hospitalidad a creyentes e incrédulos, y tratan de hacer provechosas sus visitas.
En la mesa y en el culto de la familia, dan la bienvenida a los huéspedes. El
momento de oración impresiona a aquellos que reciben la hospitalidad, y aun una
visita puede significar la salvación de un alma de la muerte. El Señor toma
nota diciendo: "Te lo pagaré". . .
"No sólo con pan vivirá el hombre", y a
medida que nosotros impartimos a otros de nuestro alimento temporal, debemos
impartir también esperanza, valor y amor cristianos. . . Y se nos asegura que
"poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia; a fin de
que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo que basta, abundéis para toda
buena obra" (2 Cor. 9:8) (2JT, págs.
572-574). 208
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVsnRK5QeFraHB292UJ6gxtG
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