"Hay en la naturaleza humana una tendencia a ir a los extremos, y de un extremo a otro completamente opuesto".
*Muchos son fanáticos. Los consume un ardiente celo que toman equivocadamente por religión; pero el carácter es la verdadera prueba del discipulado. ¿Tienen la mansedumbre de Cristo? ¿Tienen su humildad y dulce benevolencia? ¿Han despojado el centro de su alma del orgullo, la arrogancia, el egoísmo y la censura? Si no lo han hecho, no saben de qué espíritu están animados. No comprenden que el verdadero cristianismo consiste en llevar mucho fruto para la gloria de Dios.
* Otros van a un extremo en su conformidad con el mundo. No hay una línea de separación clara y distinta entre ellos y los mundanos. Si en un caso los hombres son ahuyentados de la verdad por un espíritu de censura duro y condenatorio, en este otro se ven inducidos a concluir que el cristiano profeso carece de principios, y no conoce cambio de corazón o de carácter.
"Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mat. 5: 16), son las palabras de Cristo.
- 1885, tomo 5, Págs- 305, 306.
*El Señor requiere que su pueblo emplee su razón y no la ponga a un lado en favor de las impresiones. Su obra será inteligible para todos sus hijos, Su enseñanza será tal que se recomiende al entendimiento de los espíritus inteligentes. Está calculada para elevar la mente. El poder de Dios no se manifiesta en toda ocasión. La necesidad del hombre es la oportunidad de Dios.- 1861, tomo I, pág. 230.171 EGW MHP
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