1 Samuel Capítulo 12.
SAMUEL HABLA DE SU INTEGRIDAD.
1 DIJO Samuel a todo Israel: He aquí, yo he oído vuestra voz en todo cuanto
me habéis dicho, y os he puesto rey.
2 Ahora, pues, he aquí vuestro rey va delante de vosotros. Yo soy ya viejo y lleno de canas; pero mis
hijos están con vosotros, y yo he andado delante de vosotros desde mi juventud
hasta este día.
3 Aquí estoy; atestiguad contra mí delante de Jehová y delante de su
ungido, si he tomado el buey de alguno, si he tomado el asno de alguno, si he
calumniado a alguien, si he agraviado a alguno, o si de alguien he tomado
cohecho para cegar mis ojos con él; y os lo restituiré.
4 Entonces dijeron: Nunca nos has calumniado ni agraviado, ni has tomado
algo de mano de ningún hombre.
5 Y él les dijo: Jehová es testigo contra vosotros, y su ungido también es
testigo en este día, que no habéis hallado cosa alguna en mi mano. Y ellos respondieron: Así es.
*1. He oído.
El reino de Dios se basa en el principio de la libre elección. El hecho de que Dios conozca el fin desde el
principio en ninguna forma limita al hombre para que tome sus propias
decisiones (ver Ed 174). Antes de que
los israelitas entraran en Palestina, Dios les reveló que llegaría el tiempo
cuando pedirían un rey (Deut. 17: 14).
Al hacer esa revelación, no les expresó cuál era su voluntad en el
asunto. Tan sólo desplegó ante ellos la
forma en que se desarrollarían los acontecimientos.
En todo cuanto me habéis dicho.
Dios les había dado un rey que correspondía con los ideales de ellos -por
lo menos en lo que concernía a la apariencia- y que también parecía estar a la
altura de las normas espirituales deseadas por Dios. DURANTE LOS ÚLTIMOS MESES SAÚL HABÍA
DEMOSTRADO QUE ESTABA POSEÍDO POR EL ESPÍRITU DE DIOS. Era apacible en su proceder, paciente con sus
enemigos, humilde delante del Señor, obediente a los consejos del profeta,
enérgico para la guerra, decisivo en las emergencias y se destacaba por su
abnegación.
Os he puesto rey.
SI EL SEÑOR HUBIESE PERMITIDO ELECCIONES EN ISRAEL, las aspiraciones
políticas de las tribus más grandes sin duda habrían producido confusión y una
amarga división. Al echar suertes, fue
tomado uno de la tribu más pequeña.
Israel debía comprender su continua necesidad de la dirección
divina. Aunque los israelitas ahora
tenían un rey de acuerdo con su deseo, DEBÍAN RECORDAR que no se puede
progresar con ejército ni con fuerza, sino con el Espíritu de Dios (ver Zac. 4:
6). DEBERÍAN haber estado dispuestos a seguir a su juez -Samuel- que los había
conducido a través de más de una crisis durante las décadas de su
ministerio. Pero una vez que su decisión
en favor de una forma monárquica de gobierno había sido confirmada
irrevocablemente, Samuel procuró que comprendieran QUE UN DIRIGENTE NO PUEDE IR
MÁS A PRISA DE LO QUE LOS SUYOS ESTÁN DISPUESTOS A ACOMPAÑARLO, y que las
acciones del caudillo deben estar condicionadas por la elección voluntaria del
pueblo. Aunque se daba cuenta de que
había indecibles peligros por delante, no guardó resentimiento para con ellos,
ni en forma alguna los abandonó para que siguieran sus propias inclinaciones.
3. Aquí estoy.
EL ANCIANO PROFETA NO ERA EGOCÉNTRICO.
Procuró que los israelitas -entonces muy excitados como resultado de sus
últimas victorias y felices por el nombramiento de un rey- tranquilamente
hicieran memoria de la forma en que Dios los había tratado en lo pasado y que
examinaran las perspectivas del futuro.
EN LA MONARQUÍA RECIÉN ESTABLECIDA NO SE NECESITARÍAN MÁS LOS SERVICIOS
DE SAMUEL COMO JUEZ. El rey se rodearía
de hombres de guerra (cap. 14: 52) y la influencia moral de Samuel sería
sobrepujada por la fuerza física de las órdenes de Saúl. Con todo, Samuel todavía podía ser el
portavoz de Dios y podía ser aún el canal por cuyo medio el Espíritu de Dios
dirigiría a su pueblo.
FUE UN TIEMPO DE AGUDA CRISIS PARA SAMUEL, quien comprendió que en gran
medida la eficacia convincente del mensaje que estaba por presentar dependía de
su propia integridad de carácter. A no
ser por esto, su consejo sería poco eficaz.
Los israelitas lo conocían desde su nacimiento; sabían de su obra como
profeta; eran testigos de su conducta como juez y profeta; conocían su carácter
ejemplar; estaban familiarizados con la justicia y equidad de sus decisiones
judiciales; les era fácil admitir que nunca se había enriquecido con su cargo;
estaban convencidos de que su único propósito en la vida era poner en práctica
las órdenes de Dios para el bienestar de ellos.
LA VIDA DE SAMUEL MUESTRA Claramente Que El Carácter, Como Una Planta,
Crece Gradualmente. Sus facultades
habían sido regidas desde la niñez por un espíritu de consagración. Así como la savia proporciona los elementos
para el crecimiento de la planta, también el Espíritu de Dios se convirtió en una
504 fuerza interior, silenciosa, QUE SE DIFUNDÍA por todos sus pensamientos,
sentimientos y acciones, hasta que todos los hombres pudieron ver que su vida
seguía las pautas divinas. EL CARÁCTER
SIMÉTRICO DE SAMUEL ERA EL RESULTADO DEL CUMPLIMIENTO DE SUS DEBERES,
realizados bajo la dirección del Espíritu Santo. Así es hoy día: "En todos los que se
sometan a su poder, el Espíritu de Dios consumirá el pecado"
(DTG 82).
“Es Tan Plenamente Posible Ser Un
Samuel Hoy En Día Como Lo Fue Mil Años Antes De Cristo”.
SAMUEL REPROCHA AL PUEBLO SU INGRATITUD.
6 Entonces Samuel dijo al pueblo: Jehová que designó a Moisés y a Aarón, y
sacó a vuestros padres de la tierra de Egipto, es testigo.
7 Ahora, pues, aguardad, y contenderé con vosotros delante de Jehová acerca
de todos los hechos de salvación que Jehová ha hecho con vosotros y con
vuestros padres.
8 Cuando Jacob hubo entrado en Egipto, y vuestros padres clamaron a Jehová,
Jehová envió a Moisés y a Aarón, los cuales sacaron a vuestros padres de
Egipto, y los hicieron habitar en este lugar.
9 Y olvidaron a Jehová su Dios, y él los vendió en mano de Sísara jefe del
ejército de Hazor, y en mano de los filisteos, y en mano del rey de Moab, los
cuales les hicieron guerra.
10 Y ellos clamaron a Jehová, y dijeron: Hemos pecado, porque hemos dejado
a Jehová y hemos servido a los baales y a Astarot; líbranos, Pues, ahora de
mano de nuestros enemigos, y te serviremos.
11 Entonces Jehová envió a Jerobaal, a Barac, a Jefté y a Samuel, y os
libró de mano de vuestros enemigos en derredor, y habitasteis seguros.
12 Y habiendo visto que Nahas rey de los hijos de Amón venía contra
vosotros, me dijisteis: No, sino que ha de reinar sobre nosotros un rey; siendo
así que Jehová vuestro Dios era vuestro rey.
13 Ahora, pues, he aquí el rey que habéis elegido, el cual pedisteis; ya
veis que Jehová ha puesto rey sobre vosotros.
14 Si temiereis a Jehová y le sirvierais, y oyereis su voz, y no fuereis
rebeldes a la palabra de Jehová, y si tanto vosotros como el rey que reina
sobre vosotros servís a Jehová vuestro Dios, haréis bien.
15 Mas si no oyereis la voz de Jehová, y si fuereis rebeldes a las palabras
de Jehová, la mano de Jehová estará contra vosotros como estuvo contra vuestros
padres.
*6. Jehová.
Este Jehová a quien todos ellos habían invocado como testigo,
"designó" -literalmente "hizo"- a Moisés y a Aarón, los
protegió de la venganza de Faraón y los sacó de la casa de servidumbre. SIN EMBARGO, AL PEDIR UN REY querían decir
que Dios no podía protegerlos de los estragos de las bandas merodeadoras de las
naciones circunvecinas, aun cuando estaban establecidos en sus propias ciudades
y no eran más esclavos.
9. Olvidaron a Jehová.
Rodeados por idólatras, como habían estado en Egipto, y viviendo ahora
entre naciones que practicaban las formas más degradantes de culto, les resultó
difícil a los israelitas ser el pueblo peculiar de Dios y dar testimonio con su
vida de una forma mejor de hacer frente a los intrincados problemas de la vida.
“Las Formas De Culto Estaban Entonces Tan Firmemente Establecidas Como Lo
Están Hoy Las Modas De Vestir”.
Se necesitaba mucho valor para
resistir la marea de la opinión pública, y pocos estaban dispuestos a
intentarlo.
MUCHO ANTES de la migración de
Israel a Egipto, LOT CREYÓ que él y su familia podrían vivir en Sodoma sin
sentir la influencia de las costumbres allí prevalecientes. Tristes fueron los resultados de su
decisión. Dios prohibió a Israel que
hiciera alianza alguna con los idólatras autóctonos de esas tierras. Pero, cansados de guerrear, los israelitas
pensaron que era mejor que se relacionaran íntimamente con los cananeos. Tristes fueron las opresiones resultantes de
Eglón, rey de Moab (Juec. 3: 12-14), de Sísara, capitán de las huestes de Jabín
(Juec. 4: 2), de los filisteos
(Juec. 13: 1) y de otros.
10. Clamaron.
Esta súplica consta de dos partes: (1) una confesión de haberse desviado al
no seguir a su Guía, y (2) un pedido de liberación acompañado por la promesa de
servir a Dios fielmente de entonces en adelante.
“Pero Parece Que El Ser Humano
Siempre Será Incapaz De Aprender Por La Experiencia Ajena”.
Sigue sus propias inclinaciones
hasta que casi es demasiado tarde y finalmente, con profunda desesperación,
admite su propia necesidad de ayuda exterior.
Piensa que ha aprendido su lección y que nunca volverá a caer.
POR EJEMPLO, SALOMÓN entró en el laboratorio de la vida y probó toda forma
concebible de felicidad. Pero en cada
experimento sólo halló vanidad y aflicción de espíritu (Ecl. 1: 14, 17; 2: 11,
15, 17, 23, 26; etc.). Finalmente llegó a la conclusión de que el temor de
Jehová y la obediencia a sus mandamientos constituyen el todo del hombre (Ecl.
12: 13). Pero aun con ejemplos tales
delante de sí, los hombres pronto olvidan las conclusiones del sabio hasta que han
recorrido el camino por sí mismos y han comprobado bien que uno cosechará con
seguridad lo que siembra.
11. Jerobaal.
Otro nombre de Gedeón que recuerda la ocasión cuando derribó el altar de
Baal (ver Juec. 6: 25-32).
Barac.
"Bedán" (RVA). No hay
ningún juez que lleve el nombre de "Bedán". En la LXX y en la versión Siriaca se lee
"Barac". La letra hebrea d se
parece mucho a la letra r, y la n a la k (ver com. Gén. 10: 4; 25: 15). Otros identifican a "Bedán" con
"Abdón" (ver Juec. 12: 13, 15) debido al parecido entre estos dos
nombres en hebreo, mayor que el que hay entre "Bedán" y
"Barac".
Jefté.
El paladín de Israel cuando los hijos de Amón intentaron recuperar la
tierra de Galaad (Juec. 11). Jefté dijo a los amonitas que él confiaba en el
poder de Dios para proteger a Israel en su posesión de la tierra (Juec. 11:
24), y su victoria sobre ellos fue tan completa como lo fue más tarde la de
Saúl.
14. Si temiereis a Jehová.
Fuera de sí de gozo por su victoria, los israelitas habían coronado a Saúl
como rey sin pensar ni en el futuro ni en el liderazgo protector de Dios en el
pasado. Al igual que Adán, quien por su
libre elección había escogido una forma de vida contraria a la voluntad divina,
también ahora la decisión de Israel fue tal que afectó la vida futura de toda
la nación. Sin embargo, Dios aseguró su
dirección divina a las huestes de Israel si reconocían su dependencia de él,
aceptaban su consejo y seguían sus órdenes.
15. Si no oyereis.
Israel se había rebelado contra Dios al pedir un rey. Con frecuencia se había rebelado en lo
pasado. Sin embargo, cada vez que clamó
al Señor, había recibido ayuda.
La mano de Jehová.
No podían decir que la mano de Dios había estado contra ellos. Los había protegido y salvado repetidas veces
aunque, por su egoísmo y necedad, vez tras vez se habían apartado de él. Dios procuró inducirles a responder
voluntariamente a su amor como individuos. ¿En qué otra forma podían aprender
que ninguna nación puede ser salvada como nación, sino que cada individuo debe decidir
por sí mismo sin tomar en cuenta su ambiente?
DIOS ATEMORIZA AL PUEBLO CON
TRUENOS Y LLUVIA EN TIEMPO DE COSECHA.
16 Esperad aún ahora, y mirad esta gran cosa que Jehová hará delante de
vuestros ojos.
17 ¿No es ahora la siega del trigo?
Yo clamaré a Jehová, y él dará truenos y lluvias, para que conozcáis y
veáis que es grande vuestra maldad que habéis hecho ante los ojos de Jehová,
pidiendo para vosotros rey.
18 Y Samuel clamó a Jehová, y Jehová
dio truenos y lluvias en aquel día; y todo el pueblo tuvo gran temor de Jehová
y de Samuel.
19
Entonces dijo todo el pueblo a Samuel: Ruega por tus
siervos a Jehová tu Dios, para que no muramos; porque a todos nuestros pecados
hemos añadido este mal de pedir rey para nosotros.
*17. Truenos y lluvias.
Dios no podía dar a Israel una evidencia más impresionante que la señal de
la lluvia en tiempo de la cosecha. Sería
algo sorprendente una lluvia en primavera: el tiempo de la cosecha. En Palestina, las lluvias primaverales
normalmente cesan antes del tiempo de la pascua, e inmediatamente se inicia la
estación seca. La lluvia vuelve en el
otoño antes de la siembra del trigo y la cebada.
Para que conozcáis.
Debían conocer dos cosas: (1) que habían pecado delante del Señor al
demandar un rey, y (2) que Dios los amaba y nunca los abandonaría. Ese día añadieron otro recordativo a las
muchas pruebas que ya habían recibido: que el hijo pródigo que vuelve al hogar
recibe la más cordial bienvenida de parte de su Padre.
SAMUEL CONSUELA AL PUEBLO EN LA
MISERICORDIA DE DIOS.
20 Y Samuel respondió al pueblo: No temáis; vosotros habéis hecho todo este
mal; pero con todo eso no os apartéis de en pos de Jehová, sino servidle con
todo vuestro corazón.
21 No os apartéis en pos de vanidades que no aprovechan ni libran, porque
son vanidades.
22 Pues Jehová no desamparará a su pueblo, 503 por su grande nombre; porque
Jehová ha querido haceros pueblo suyo.
23 Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por
vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y recto.
24 Solamente temed a Jehová y servidle de verdad con todo vuestro corazón,
pues considerad cuán grandes cosas ha hecho por vosotros.
25 Mas si perseverarais en hacer mal, vosotros y vuestro rey pereceréis.
20. Con todo vuestro corazón.
El servicio para Dios es una esclavitud voluntaria que emana del amor. Por causa del amor, el hombre hará lo que no
haría de otra manera. Samuel amaba al
Señor, y su servicio era el de un esclavo que se deleitaba en estar con su
amo. Cuando el pueblo observaba una
comunión tal entre Samuel y el Señor, tendía a crearse el deseo de experimentar
lo mismo.
21. No os apartéis.
El verdadero amor no es estático; es progresivo. Dios estuvo listo para revelar su amor
permanente para Israel. Le dolía ver que
los israelitas se volvían egoístas y lo olvidaban. Es constante el amor de Dios para el hombre y
lo invita a que retribuya ese amor en la forma de un servicio consagrado.
23. Os instruiré.
Samuel aseguró a los israelitas que no les tenía mala voluntad debido a la
elección que habían hecho, y que dedicaría su vida para seguirlos instruyendo
en las cosas de Dios. Aunque no tendría
la responsabilidad del gobierno ahora que ellos habían elegido un rey, como
profeta todavía sería el representante de Dios para ellos. Samuel comprendía los peligros del
futuro. Sabía que era imposible que el
ser humano hiciera lo correcto sin ser guiado por el Espíritu de Dios. Comenzaba a darse cuenta de que sus
responsabilidades como profeta probablemente serían aún mayores que en el
pasado; sin embargo, estaba resuelto a que nadie jamás pudiera señalarlo con el
dedo para dirigirle el posible reproche de que no había estado cerca de Israel
a través de todas las vicisitudes de la vida.
Como juez, había sido leal a los israelitas; y ahora que lo habían
rebajado de categoría, por así decirlo, iba a demostrarles que su amor para
ellos no había cambiado como tampoco el amor de Dios.
24. Considerad.
UNA DE LAS COSAS que más necesitan los hombres hoy día es darse tiempo para
la meditación en la infinita bondad de Dios y en las pruebas de su cuidado y
conducción. 2 CBA
DISCURSO DE SAMUEL. En esa llanura, vinculada con tantos recuerdos conmovedores, estaban Samuel
y Saúl; y cuando los gritos de bienvenida al rey se hubieron acallado, el
anciano profeta pronunció sus palabras de despedida como gobernante de la
nación.
"He aquí -dijo él,- yo he oído vuestra voz en todas las cosas que me
habéis dicho, y os he puesto rey. Ahora
pues, he aquí vuestro rey va delante de vosotros. Yo soy ya viejo y cano; . . . y yo he andado
delante de vosotros desde mi mocedad hasta este día. Aquí estoy; atestiguad contra mí delante de
Jehová y delante de su ungido, si he tomado el buey de alguno, o si he tomado
el asno de alguno, o si he calumniado a alguien, o si he agraviado a alguno, o
si de alguien he tomado cohecho por el cual haya cubierto mis ojos: y os
satisfaré."
A una voz el pueblo contestó: "Nunca nos has calumniado, ni agraviado,
ni has tomado algo de mano de ningún hombre." 667
Samuel no procuraba meramente justificar su propia conducta. Había expuesto previamente los principios que
debían regir tanto al rey como al pueblo, y deseaba tan sólo agregar a sus
palabras el peso de su propio ejemplo.
Desde su niñez había estado relacionado con la obra de Dios, y durante
toda su larga vida había tenido un solo propósito: la gloria de Dios y el mayor
bienestar de Israel.
Antes de que pudiera Israel tener alguna esperanza de prosperidad, debía
ser inducido al arrepentimiento para con Dios.
Como consecuencia del pecado había perdido la fe en Dios, y la capacidad
de discernir su poder y sabiduría para gobernar la nación; había perdido su
confianza en que Dios pudiera vindicar su causa.
Antes de que pudieran los israelitas
hallar verdadera paz, debían ser inducidos a ver y confesar el pecado mismo del
cual se habían hecho culpables. Habían
expresado así su objeto al exigir un rey: "Nuestro rey nos gobernará, y
saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras."
Samuel reseñó la historia de Israel, desde el día en que Dios lo sacó de
Egipto. Jehová, el Rey de reyes, había
ido siempre delante de ellos, y había librado sus batallas. A MENUDO SUS PROPIOS PECADOS LOS HABÍAN
ENTREGADO AL PODER DE SUS ENEMIGOS, pero tan pronto como ellos se apartaban de
sus caminos impíos, la misericordia de Dios les suscitaba un libertador.
El Señor envió a Gedeón y a Barac, "a Jephté, y a Samuel, y os libró
de mano de vuestros enemigos alrededor, y habitasteis seguros." Sin
embargo, cuando se vieron amenazados de peligro declararon: "Rey reinará
sobre nosotros; siendo -dijo el profeta- vuestro rey Jehová vuestro Dios."
Samuel continuó diciendo: "Esperad aún ahora, y mirad esta gran cosa
que Jehová hará delante de vuestros ojos. ¿No es ahora la siega de los
trigos? Yo clamaré a Jehová, y él dará
truenos y aguas; para que conozcáis y veáis que es grande vuestra maldad que
habéis hecho en los ojos de Jehová, pidiéndoos rey. Y Samuel clamó a Jehová; y Jehová dio truenos
y aguas en aquel día." 668
En el Oriente, no solía llover durante el tiempo de la siega del trigo, en
los meses de mayo y junio. El cielo se mantenía despejado, y el aire era sereno
y suave. Una tormenta tan violenta en
ese tiempo llenó de temor todos los corazones.
Con humillación el pueblo confesó sus pecados, -el pecado preciso del
cual se había hecho culpable: "Ruega por tus siervos a Jehová tu Dios, que
no muramos: porque a todos nuestros pecados hemos añadido este mal de pedir rey
para nosotros."
Samuel no dejó al pueblo en el desaliento, pues éste habría impedido todo
esfuerzo por vivir mejor. Satanás los
habría inducido a considerar a Dios como severo e implacable, y así habrían
quedado expuestos a múltiples tentaciones.
Dios es misericordioso y perdonador, y desea siempre manifestar favor hacia
su pueblo cuando éste obedece a su voz.
"No temáis -fue el mensaje que Dios envió por medio de su siervo:-
vosotros habéis cometido todo este mal; mas con todo eso no os apartéis de en
pos de Jehová, sino servid a Jehová con todo vuestro corazón: no os apartéis en
pos de las vanidades, que no aprovechan ni libran, porque son vanidades. Pues Jehová no desamparará a su pueblo."
NADA DIJO SAMUEL acerca del desprecio que él había sufrido; ni reprochó a
Israel la ingratitud con la cual le había retribuido toda una vida de
devoción. Antes le prometió seguir
interesándose incesantemente por él: "Así que, lejos sea de mí que peque
yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros; antes yo os enseñaré por el
camino bueno y derecho. Solamente temed
a Jehová, y servidle de verdad con todo vuestro corazón, porque considerad cuán
grandes cosas ha hecho con vosotros. Mas
si perseveraréis en hacer mal, vosotros y vuestro rey pereceréis." PPEGW
*Toda
buena lección o discurso pasa y se olvida.
¿Porque
debe ser así?
En
el futuro veremos que Israel, pronto olvidó, a través de su historia, la
enseñanza de los grandes líderes que pasaron. Principalmente la enseñanza del Torá.
Olvidó
porque no puso en práctica las enseñanzas. Conforme al principio básico: Oír,
Aprender y guardar para practicarlo. Deut. 5:1; 6.
Eso
también puede suceder con nosotros, sino ponemos en práctica lo aprendido. Que
Dios more siempre con su Espíritu en todo nuestro Ser. Amen.
Ministerio Hno. Pio
Ministerio Hno. Pio
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