Dan. 3.
He aquí nuestro Dios a quien servimos puede
librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. (Dan.
3:17).
El Señor no olvidó a los suyos. Cuando sus testigos
fueron arrojados al horno, el Salvador se les reveló en persona, y juntos anduvieron
en medio del fuego. En la presencia del Señor del calor y del frío, las llamas
perdieron su poder de consumirlos.
Desde su solio real, el rey miraba esperando ver
completamente destruidos a los hombres que le habían desafiado. Pero sus
sentimientos de triunfo cambiaron repentinamente.
Los nobles que estaban cerca vieron que su rostro
palidecía mientras se levantaba del trono y miraba intensamente hacia las
llamas resplandecientes. Con alarma, el rey, volviéndose hacia sus señores,
preguntó: "¿No echaron tres varones atados dentro del fuego? . . . He aquí
que yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego, y ningún
daño hay en ellos: y el parecer del cuarto es semejante a hijo de los
dioses".
¿Cómo sabía el rey qué aspecto tendría el Hijo de
Dios? En su vida y carácter, los cautivos hebreos que ocupaban puestos de
confianza en Babilonia habían representado la verdad delante de él. Cuando se
les pidió una razón de su fe, la habían dado sin vacilación. Con claridad y
sencillez habían presentado los principios de la justicia, enseñando así a
aquellos que los rodeaban acerca del Dios al cual adoraban. Les habían hablado
de Cristo, el Redentor que iba a venir; y en la cuarta persona que andaba en
medio del fuego, el rey reconoció al Hijo de Dios. . .
El que anduvo con los notables hebreos en el horno
de fuego acompañará a sus seguidores dondequiera que estén. Su presencia constante
los consolará y sostendrá. En medio del tiempo de angustia cual nunca hubo
desde que fue nación, sus escogidos permanecerán inconmovibles. Satanás, con
toda la hueste del mal, no puede destruir al más débil de los santos de Dios. Los
protegerán ángeles excelsos en fortaleza, y Jehová se revelará en su favor como
"Dios de dioses", que puede salvar hasta lo sumo a los que ponen su
confianza en él (Profetas y Reyes, págs. 373, 374, 376). 253
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVtyiFbCUjqP-sdMrCM7rVaT
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