2 Sam. 12: 1-14.
Con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de
Jehová. (2 Sam. 12: 14).
A través de las generaciones sucesivas, los
incrédulos han señalado el carácter de David y la mancha negra que lleva, y han
exclamado en son de triunfo y burla: "¡He aquí el hombre según el corazón
de Dios!" Así se ha echado oprobio sobre la religión; Dios y su Palabra
han sido blasfemados; muchas almas se han endurecido en la incredulidad, y
muchos, bajo un manto de piedad, se han envalentonado en el pecado.
Pero la historia de David no suministra motivos
para tolerar el pecado. David fue llamado hombre según el corazón de Dios
cuando andaba de acuerdo con su consejo. Cuando pecó, dejó de serlo hasta que,
por arrepentimiento, hubo vuelto al Señor. . .
Aunque David se arrepintió de su pecado, y fue
perdonado y aceptado por el Señor, cosechó la funesta mies de la siembra que él
mismo había sembrado. . . En su propia casa se debilitó su autoridad y su
derecho a que sus hijos le respetasen y obedeciesen. Cierto sentido de su
culpabilidad le hacía guardar silencio cuando debiera haber condenado el
pecado; y debilitaba su brazo para ejecutar justicia en su casa. . .
Los que señalando el ejemplo de David, tratan de
aminorar la culpa de sus propios pecados, debieran aprender de las lecciones
del relato bíblico que el camino de la transgresión es duro. Aunque, como
David, se volvieran de sus caminos impíos, los resultados del pecado, aun en
esta vida, serán amargos y difíciles de soportar (Patriarcas y Profetas, págs.
782, 783).
Un hombre incurre en pecado al perjudicar a un
semejante, pero su culpa principal es el pecado que ha cometido contra el
Señor, y la mala influencia de su ejemplo sobre otros. El hijo sincero de Dios
no toma a la ligera ninguno de sus requerimientos (SDA Bible Commentary, tomo
3, pág. 1147).
Dios quiso que la historia de la caída de David
sirviera como una advertencia de que aun aquellos a quienes él ha bendecido y
favorecido grandemente no han de sentirse seguros ni tampoco descuidar el velar
y orar. Así ha resultado para los que con humildad han procurado aprender lo
que Dios quiso enseñar con esta lección (Patriarcas y Profetas, pág. 783). 181
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVv0TqLpoxs-QMolo4klb4mZ
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