jueves, 21 de octubre de 2021

21. “FRACASÓ EN EL EXAMEN” (EL JOVEN RICO) X. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Mar. 10:17-27.

Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. (Mar. 10:21).

Cristo miró al rostro del joven como si leyera su vida y escudriñara su carácter. Le amaba y anhelaba darle la paz, la gracia y el gozo que cambiarían materialmente su carácter. . .

Con qué anhelo ferviente, con qué ansia del alma, miró el Salvador al joven, esperando que cediese a la invitación del Espíritu de Dios. . . El príncipe discernió prestamente todo lo que entrañaban las palabras de Cristo, y se entristeció. . .

Renunciar al visible tesoro terrenal por el invisible y celestial era un riesgo demasiado grande. Rechazó el ofrecimiento de la vida eterna y se fue, y desde entonces el mundo había de recibir su culto.

Millares están pasando por esta prueba y pesan a Cristo contra el mundo; y muchos eligen el mundo. Como el joven príncipe, se apartan del Salvador diciendo en su corazón: No quiero que este hombre me dirija. . .

TODOS deben considerar lo que significa desear el cielo, y sin embargo apartarse de él por causa de las condiciones impuestas.

PENSEMOS en lo que significa decir no a Cristo. El príncipe dijo: No, yo no puedo darte todo. ¿Decimos nosotros lo mismo? . . .

LOS BIENES del príncipe le habían sido confiados para que se demostrase fiel mayordomo; tenía que administrar estos bienes para beneficio de los menesterosos.

TAMBIÉN ahora confía Dios recursos a los hombres, así como talentos y oportunidades, a fin de que sean sus agentes para ayudar a los pobres y dolientes. El que emplea como Dios quiere los bienes que le han sido confiados llega a ser colaborador con el Salvador. . .

A los que, como el joven príncipe, ocupan altos puestos de confianza y tienen grandes posesiones, puede parecer un sacrificio demasiado grande el renunciar a todo a fin de seguir a Cristo. Pero ésta es la regla de conducta para todos los que quieran llegar a ser sus discípulos. No puede aceptarse algo que sea menos que la obediencia. La entrega del yo es la sustancia de las enseñanzas de Cristo (DTG. 477-481). 301

AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVtrbL52hGjPNaJMDGwACpWZ


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