viernes, 10 de septiembre de 2021

10. “ESDRAS, ESTUDIANTE Y MAESTRO” (ESDRAS) IX. CONFLICTO Y VALOR (EGW).


Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla. (Esd. 7:10).

Nacido entre los descendientes de Aarón, Esdras recibió preparación sacerdotal. Se familiarizó, además, con los escritos de los magos, astrólogos y sabios del reino medo-persa. Pero no estaba satisfecho con su condición espiritual. Anhelaba estar en completa armonía con Dios; deseaba tener sabiduría para cumplir la voluntad divina. . . Esto le indujo a estudiar diligentemente la historia del pueblo de Dios, según estaba registrada en los escritos de los profetas y reyes. Escudriñó los libros históricos y poéticos de la Biblia, para aprender por qué había permitido el Señor que Jerusalén fuese destruida y su pueblo llevado cautivo a tierra pagana. . .

Estudió las instrucciones dadas en el monte Sinaí y durante el largo plazo de las peregrinaciones por el desierto. A medida que aprendía cada vez más acerca de cómo Dios había obrado con sus hijos, y comprendía mejor el carácter sagrado de la ley dada en el Sinaí, Esdras sentía que se le conmovía el corazón. Experimentó una conversión nueva y cabal, y resolvió dominar los anales de la historia sagrada, con el fin de utilizar este conocimiento para beneficiar e ilustrar a su pueblo.

Esdras procuró preparar su corazón para la obra que, según creía, le aguardaba. Buscaba fervientemente a Dios, a fin de ser sabio maestro en Israel. Y mientras aprendía a someter su espíritu y su voluntad al dominio divino, se fueron incorporando a su vida los principios de la santificación verdadera, que en años ulteriores ejercieron una influencia moderadora, no sólo en los jóvenes que procuraban sus instrucciones, sino también en todos los que estaban asociados con él. . .

Llegó a ser Esdras un portavoz de Dios que educaba en los principios que rigen el cielo. . . Mientras estaba cerca de la corte del rey de Medo-Persia como cuando se hallaba en Jerusalén, su obra principal consistió en enseñar.

A medida que comunicaba a otros las verdades que aprendía, aumentaba su propia capacidad para el trabajo. Era hombre piadoso y celoso. Fue delante del mundo un testimonio del poder que tiene la verdad bíblica para ennoblecer la vida diaria (Profetas y Reyes, págs. 446-448). 260

AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVswLr4ZSa1m-evMmN8QvZQo


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