lunes, 18 de diciembre de 2023

18. “POR EL SUFRIMIENTO SE EXTIENDE EL CONOCIMIENTO DE DIOS” (XII. REFLEJEMOS A JESÚS EN LAS PRUEBAS) EGW

Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor. (Santiago 5:10).

Nadie, entre los hombres, fue calumniado más cruelmente que el Hijo del hombre. Se lo ridiculizó y escarneció a causa de su obediencia inalterable a los principios de la santa ley de Dios. Lo odiaron sin razón. 

Sin embargo, se mantuvo sereno delante de sus enemigos, declaró que el oprobio es parte de la heredad del cristiano y aconsejó a sus seguidores que no temiesen las flechas de la malicia ni desfalleciesen bajo la persecución.

Aunque la calumnia puede ennegrecer el nombre, no puede manchar el carácter. Este es guardado por Dios. Mientras no consintamos en pecar, no hay poder humano o satánico que pueda dejar una mancha en el alma. 

El hombre cuyo corazón se apoya en Dios es, en la hora de la pruebas más aflictivas y en las circunstancias más desalentadoras, exactamente el mismo que cuando se veía en la prosperidad, cuando parecía gozar de la luz y el favor de Dios.

 Sus palabras, sus motivos, sus hechos, pueden ser desfigurados y falseados, pero no le importa; para él están en juego otros intereses de mayor importancia. Como Moisés, se  sostiene "como viendo al Invisible" (Hebreos 11:27)...

En todo tiempo los mensajeros elegidos de Dios fueron víctimas de insultos y persecución; no obstante, el conocimiento de Dios se difundió por medio de sus aflicciones.

Cada discípulo de Cristo debe ocupar un lugar en las filas para adelantar la misma obra, sabiendo que todo cuanto hagan los enemigos redundará en favor de la verdad.

El propósito de Dios es que la verdad se ponga al frente para que llegue a ser tema de examen y discusión, a pesar del desprecio que se le haga.

Tiene que agitarse el espíritu del pueblo; todo conflicto, todo vituperio, todo esfuerzo por limitar la libertad de conciencia son instrumentos de Dios para despertar las mentes que de otra manera dormirían.

¡Cuán frecuentemente se ha visto este resultado en la historia de los mensajeros de Dios! 

Cuando apedrearon al elocuente y noble Esteban por instigación del Sanedrín, no hubo perdida para la causa del Evangelio. La luz del cielo que glorificó su rostro, la compasión divina que se expresó en su última oración, llegaron a ser como una flecha aguda de convicción para el miembro intolerante del Sanedrín que lo observaba, y Saulo, el fariseo perseguidor, se transformó en el instrumento escogido para llevar el nombre de Cristo a los gentiles, a los reyes y al pueblo de Israel. El discurso maestro de Jesucristo, págs. 30-32. RJ358/EGW/MHP 359

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=UnBBblyUV9o&list=PLtrFh-HO7ogBkhtBo09vsLB5g_V_yuOGg&index=18&pp=gAQBiAQBsAQB


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