2 Tim. 3:14-17.
Desde la niñez has
sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la
salvación por la fe que es en Cristo Jesús. (2 Tim. 3:15).
Vemos la ventaja que
tuvo Timoteo al recibir un ejemplo correcto de piedad y verdadera santidad. La
religión era la atmósfera de su hogar. El poder espiritual manifiesto de la
piedad en el hogar preservó la pureza de su lenguaje y lo mantuvo libre de todo
sentimiento corruptor (SDA Bible Commentary, tomo 7, pág. 919).
Dios había ordenado a
los hebreos que enseñaran a sus hijos lo que él requería y que les hicieran
saber cómo había obrado con sus padres. Este era uno de los deberes especiales
de todo padre de familia, y no debía ser delegado a otra persona. En vez de
permitir que lo hicieran labios extraños, debían los corazones amorosos del
padre y de la madre instruir a sus hijos.
Con todos los
acontecimientos de la vida diaria debían ir asociados pensamientos referentes a
Dios. Las grandes obras que él había realizado en la liberación de su pueblo, y
las promesas de un Redentor que había de venir, debían relatarse a menudo en
los hogares de Israel...
Las grandes verdades de
la providencia de Dios y la vida futura se inculcaban en la mente de los
jóvenes. Se la educaba para que pudiera discernir a Dios tanto en las escenas
de la naturaleza como en las palabras de la revelación. Las estrellas del
cielo, los árboles y las flores del campo, las elevadas montañas, los
riachuelos murmuradores, todas estas cosas hablaban del Creador.
El servicio solemne de
sacrificio y culto en el santuario y las palabras pronunciadas por los
profetas, eran una revelación de Dios.
Tal fue la educación de
Moisés en la humilde choza de Gosén; de Samuel, por la fiel Ana; de David, en
la morada montañesa de Belén; de Daniel antes de que el cautiverio le separara
del hogar de sus padres. Tal fue, también, la educación del niño Jesús en
Nazaret; y la que recibió el niño Timoteo quien aprendió de labios de su
"abuela Loida" y de su "madre Eunice" las verdades eternas
de las Sagradas Escrituras (PP 642, 643).
Padres, hay una gran
obra que debéis hacer para Jesús. . . Satanás trata de aprisionar a los niños
como con cintas de acero, y podréis tener éxito en llevarlos a Jesús sólo
mediante decididos esfuerzos personales (Mensajes Selectos, tomo 1, págs. 374,
375).
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVuPpX6vP-uxa30H1-0TyxIr
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