Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; y por, ello te vendrá bien. (Job 22:21).
La ley de amor requiere la dedicación del cuerpo, la mente y el alma al servicio de Dios y de nuestros semejantes.
Y este servicio, al par que nos constituye en bendición para los demás, nos proporciona a nosotros la más grande bendición.
La abnegación es la base de todo verdadero desarrollo.
Por medio del servicio abnegado, adquiere toda facultad nuestra su desarrollo máximo. Llegamos a participar cada vez más plenamente de la naturaleza divina.
Somos preparados para el cielo, porque lo recibimos en nuestro corazón.
Puesto que Dios es la fuente de todo conocimiento verdadero, el principal objeto de la educación es, según hemos visto, dirigir nuestra mente a la revelación que El hace de sí mismo.
Adán y Eva recibieron conocimiento comunicándose directamente con Dios, y aprendieron de El por medio de sus obras.
Todas las cosas creadas, en su perfección original, eran una expresión del pensamiento de Dios.
Para Adán y Eva, la naturaleza rebosaba de sabiduría divina.
Pero por la transgresión, el hombre fue privado del conocimiento de Dios mediante una comunión directa, y en extenso grado del que obtenía por medio de sus obras.
La tierra, arruinada y contaminada por el pecado, no refleja sino oscuramente la gloria del Creador.
Es cierto que sus lecciones objetivas no han desaparecido.
En cada página del gran volumen de sus obras creadas se puede notar todavía la escritura de su mano. La naturaleza aún habla de su Creador.
Sin embargo, estas revelaciones son parciales e imperfectas.
Y en nuestro estado caído, con las facultades debilitadas y la visión limitada, somos incapaces de interpretarlas correctamente.
Necesitamos la revelación más plena que Dios nos ha dado de sí en su Palabra escrita.
Las Sagradas Escrituras son la norma perfecta de la verdad...
Cada ser humano, creado a la imagen de Dios, está dotado de una facultad semejante a la del Creador: la individualidad, la facultad de pensar y hacer.
Los hombres en quienes se desarrolla esta facultad son los que llevan responsabilidades, los que dirigen empresas, los que influyen sobre el carácter...
Los estudiantes deben ser dirigidos a las fuentes de la verdad, a los vastos campos abiertos a la investigación en la naturaleza y en la revelación.
Contemplen las grandes realidades del deber y del destino, y la mente se expandirá y robustecerá...
En vez de que una pasión dominante llegue a ser un poder destructor, se amoldan cada motivo y deseo a los grandes principios de la justicia.
Al espaciarse en la perfección del carácter de Dios, la mente se renueva y el alma vuelve a crearse a su imagen...
El ideal que Dios
tiene para sus hijos está por encima del alcance del más elevado pensamiento
humano. La meta a alcanzar es la piedad, la semejanza a Dios. -La educación, págs. 16-18. RJ147/EGW/MHP 148
AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=w88fZx83k34&list=PLtrFh-HO7ogCN7TYCzWFldOpHDCN8XOF7&index=21&pp=sAQB
No hay comentarios.:
Publicar un comentario