domingo, 11 de julio de 2021

11. “HABILIDAD NO SANTIFICADA” (SALOMÓN) VII. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Y acabó Hiram la obra que hacía al rey Salomón para la casa de Dios. (2 Crón. 4:11, úp).

Hombres escogidos fueron capacitados especialmente por Dios con habilidades y sabiduría para la construcción del tabernáculo del desierto. . . Los descendientes de esos hombres heredaron una gran parte de la habilidad concedida a sus antepasados. . . Por un tiempo estos hombres permanecieron humildes y desinteresados; pero en forma gradual, casi imperceptiblemente perdieron su asidero en Dios y en su verdad. Comenzaron a pedir sueldos más altos a causa de su habilidad superior.

En algunos casos su pedido fue concedido, pero muy a menudo los que pedían sueldos más elevados encontraron empleo en las naciones circundantes. . . Salomón buscó entre esos apóstatas un supervisor para que dirigiera la construcción del templo en el monte Moria. . .

Este contramaestre, Hiram-abi, era un descendiente, por la línea materna, de Aholiab, a quien, cientos de años antes, Dios había concedido sabiduría especial para la construcción del tabernáculo.

De este modo, al frente de la compañía de obreros de Salomón, se había colocado a un hombre no santificado, que pedía una remuneración superior debido a su habilidad excepcional. . . La influencia perjudicial puesta en marcha al emplear a este hombre de espíritu codicioso, compenetró todas las ramas del servicio del Señor, y se extendió por todo el reino de Salomón.

En todos lados podía verse la extravagancia y la corrupción. Los pobres eran oprimidos por los ricos; el espíritu de abnegación en el servicio de Dios casi había desaparecido.

Esto constituye una lección importantísima para el pueblo de Dios de la actualidad: una lección que muchos tardan en aprender. . . Los que pretenden ser seguidores del Maestro de los obreros, y que entran a su servicio como colaboradores con Dios, deben poner en su obra la exactitud y la habilidad, el tacto y la sabiduría, que el Dios de perfección requirió en la edificación del santuario terrenal. Y ahora, tal como en aquel tiempo y en los días del ministerio terrenal de Cristo, la devoción a Dios y el espíritu de sacrificio deberían considerarse como los primeros requisitos de un servicio aceptable (Mensajes Selectos, tomo 2, págs. 198-200). 199

AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVupcUMRdHnWA291W3mrLnNh


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