Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado. (1Pedro 2:6).
Los apóstoles edificaron la iglesia de Dios sobre el fundamento que Cristo mismo había puesto. Frecuentemente se usa en las Escrituras la figura de la construcción de un templo para ilustrar la edificación de la iglesia. Zacarías señaló a Cristo como el Pimpollo que debía edificar el templo del Señor...
Los apóstoles trabajaron en las canteras del mundo judío y gentil, para extraer piedras que iban a colocar sobre el fundamento.
En su carta a los creyentes de Éfeso, Pablo les dice: "Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu" (Efesios 2:19-22)...
Los apóstoles edificaron sobre un fundamento seguro, la Roca de los siglos.
Sobre ese Fundamento colocaron las piedras que extrajeron de la cantera del mundo.
Los edificadores no cumplieron su tarea sin afrontar obstáculos.
Su obra resultó sumamente difícil a causa de la oposición de los enemigos de Cristo.
Tuvieron que luchar contra el fanatismo, el prejuicio y el odio de los que edificaban sobre un fundamento falso.
Muchos de los que trabajaban como edificadores de la iglesia podían compararse con los que construían las murallas en los días de Nehemías, de quienes se escribió: "Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada" (Nehemías 4:17).
Reyes y gobernantes, sacerdotes y magistrados, procuraron destruir el templo de Dios. Pero frente a la cárcel, la tortura y la muerte, hombres fieles llevaron la obra adelante; y la estructura creció hermosa y simétrica.
A veces los obreros estaban casi ciegos por la neblina de superstición que se levantaba a su alrededor. En otras se sentían casi abrumados por la violencia de sus opositores. Pero con fe inconmovible y valor inquebrantable prosiguieron con la obra.
Uno tras otro los principales edificadores cayeron a mano del enemigo. Esteban fue apedreado; Santiago, muerto por la espada; Pablo, decapitado; Pedro, crucificado; Juan, desterrado. A pesar de ello, la iglesia creció.
Nuevos obreros ocuparon el lugar de los que caían, y piedra tras piedra se añadía al edificio. Así, lentamente, se levantaba el templo de la iglesia de Dios. Los hechos de los apóstoles,
págs. 490-492. RJ215/EGW/MHP 216
AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=guUDTcMpHes&list=PLtrFh-HO7ogBX3lJ-BVlf4v1fLk5TmqV6&index=28&pp=sAQB
No hay comentarios.:
Publicar un comentario