viernes, 13 de agosto de 2021

13. “HAY UN LIMITE” (ISAÍAS) VIII. CONFLICTO Y VALOR (EGW).

Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos. (Isa. 26:21).

Nuestro Dios es un Dios de misericordia. Trata a los transgresores de su ley con longanimidad y tierna compasión. . . pero existe un punto más allá del cual se agota la paciencia divina y se han de manifestar con las ciudades, enviando misericordiosamente amonestaciones para salvarlos de la ira divina; pero llegará el momento en que ya no se oirán las súplicas de misericordia. . .

Está muy cerca el momento en que habrá en el mundo una tristeza que ningún bálsamo humano podrá disipar. Se está retirando el Espíritu de Dios. Se siguen unos a otros en rápida sucesión los desastres por mar y tierra. ¡Con cuánta frecuencia oímos hablar de terremotos y ciclones, así como de la destrucción producida por incendios e inundaciones, con gran pérdida de vidas y propiedades!

Aparentemente estas calamidades son estallidos caprichosos de las fuerzas desorganizadas y desordenadas de la naturaleza, completamente fuera del dominio humano; pero en todas ellas puede leerse el propósito de Dios. Se cuentan entre los instrumentos por medio de los cuales él procura despertar en hombres y mujeres un sentido de peligro que corren.

Los mensajeros de Dios en las grandes ciudades no deben desalentarse por la impiedad, la injusticia y la depravación que son llamados a arrostrar mientras tratan de proclamar las gratas nuevas de salvación. . .

En toda ciudad, por muy llena que esté de violencia y de crímenes, hay muchos que con la debida enseñanza pueden aprender a seguir a Jesús. . .

El mensaje de Dios para los habitantes de la tierra hoy es: "Por tanto, también vosotros estad apercibidos; porque el Hijo del Hombre ha de venir a la hora que no pensáis". . . Nos hallamos en el mismo umbral de la crisis de los siglos. . .

Se está preparando la tempestad de la ira de Dios; y sólo subsistirán los que respondan a las indicaciones de la misericordia, como lo hicieron los habitantes de Nínive bajo la predicación de Jonás, y sean santificados por la obediencia a las leyes del Gobernante divino. Solo los justos serán escondidos con Cristo en Dios hasta que pase la desolación (Profetas y Reyes, págs. 205-208). 232

AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVsDXhHjCJumV5EKFFSS3Irh


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