2 Rey. 4: 38-44.
He aquí el ojo de Jehová sobre los que le
temen, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus almas de la
muerte, y para darles vida en tiempo de hambre. (Sal. 33: 18,19).
Como el Salvador de la humanidad, al cual
simbolizaba, Eliseo combinaba en su ministerio entre los hombres la obra de curación
con la de la enseñanza. Con fidelidad e incansablemente, durante todas sus
largas y eficaces labores, Eliseo se esforzó por hacer progresar la importante
obra educativa que realizaban las escuelas de los profetas. . . Fue en ocasión
de una de sus visitas a la escuela establecida en Gilgal cuando saneó una
comida envenenada. . .
Fue también en Gilgal, mientras seguía
habiendo escasez en la tierra, donde Eliseo alimentó a cien hombres con el
presente que le trajo "un hombre de Baal-salisa. . . panes de primicias,
veinte panes de cebada, y trigo nuevo en su espigas"
¡Cuánta condescendencia manifestó Cristo,
mediante su mensajero, al realizar este milagro para satisfacer el hambre! Repetidas
veces desde entonces, aunque no siempre en forma tan notable y perceptible, ha
obrado el Señor Jesús para suplir las necesidades humanas. . .
La gracia de Dios derramada sobre una porción
pequeña es lo que la hace bastar para todos. La mano de Dios puede
multiplicarla cien veces. Con sus recursos, puede extender una mesa en el
desierto. Por el toque de su mano, puede aumentar las provisiones escasas y
hacerlas bastar para todos. Fue su poder lo que multiplicó los panes y el
cereal en las manos de los hijos de los profetas. . .
Cuando el Señor da a los hombres una obra que
hacer, ellos no deben detenerse a preguntar si la orden es razonable ni cuál
será el resultado probable de sus esfuerzos por obedecer. La provisión que
tienen en sus manos puede parecer corta para suplir la necesidad; pero en las
manos del Señor resultará más que suficiente. El siervo "lo puso delante
de ellos, y comieron, y sobróles, conforme a la palabra de Jehová"...
El presente que se le ofrece con
agradecimiento y con oración para que lo bendiga, lo multiplicará él como
multiplicó la comida para los hijos de los profetas y para la cansada multitud
(Profetas y Reyes, págs. 181-183). 227
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVuaBfeL-S2CDJEXjK4GLNC5
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