Luc. 19:1-10.
Porque el Hijo del
Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. (Luc. 19:10).
"El principal de
los publicanos", Zaqueo, era judío, pero detestado por sus compatriotas. Su
posición y fortuna eran el premio de una profesión que ellos aborrecían y a la cual
consideraban como sinónimo de injusticia y extorsión.
Sin Embargo, el acaudalado
funcionario de aduana no era del todo el endurecido hombre de mundo que parecía
ser. Bajo su apariencia de mundanalidad y orgullo, había un corazón susceptible
a las influencias divinas.
Zaqueo había oído
hablar de Jesús. . . En este jefe de los publicanos se había despertado un
anhelo de vivir una vida mejor... Sintió que era pecador a la vista de Dios. Sin
embargo, lo que había oído tocante a Jesús encendía la esperanza en su corazón.
El Arrepentimiento, La Reforma De
La Vida, eran posibles aun para él. . .
Zaqueo comenzó inmediatamente a seguir la convicción que se había apoderado de
él y a hacer restitución a quienes había perjudicado.
Ya había empezado a
volver así sobre sus pasos, cuando se supo en Jericó que Jesús estaba entrando
en la ciudad. Zaqueo resolvió verle. . . En presencia de la multitud,
"Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis
bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, lo vuelvo con el
cuatro tanto. Y Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa. (DTG. 506-508).
Hay quienes han tenido
muy escasas oportunidades, y han transitado por los caminos del error porque no
conocían ningún camino mejor, a los cuales les llegarán los rayos de la luz. Como
vinieron a Zaqueo las palabras de Cristo: "Hoy es necesario que pose en tu
casa", así vendrá a ellos la palabra; y se descubrirá que aquellos a
quienes se suponía pecadores endurecidos tienen un corazón tan tierno como el
de un niño porque Cristo se ha dignado tenerlos en cuenta.
Muchos se volverán de
los más groseros errores y pecados, y tomarán el lugar de otros que han tenido
oportunidades y privilegios pero que no los han apreciado. Serán considerados
los elegidos de Dios, escogidos y preciosos; y cuando Cristo venga en su reino,
estarán junto a su trono (Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 220). 302
AUDIO:
https://youtube.com/playlist?list=PLVsLdOIe7sVtrbL52hGjPNaJMDGwACpWZ
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