Y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado. (Hebreos 12:13).
No podemos darnos cuenta de cuan poderosa es para el bien o para el mal nuestra influencia sobre aquellos con quienes nos relacionamos...
Queridos amigos jóvenes, ustedes pueden mantener la sencillez de la verdadera piedad. Ustedes pueden proseguir en conocer al Señor, cuya salida está dispuesta como el alba.
Pueden saber que es su ayudador. Verán que la luz y el gozo y la esperanza y la consolación en Jesucristo aumentarán, al entregar el cuidado de su alma a los Poderes celestiales y separarse de las corruptas influencias mundanas.
Hacer sendas derechas para nuestros pies: ese es nuestro trabajo. "Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y Consumador de la fe" (Hebreos 12:1,2).
El estará con nosotros cada día al avanzar por el sendero estrecho, y por la puerta angosta que conduce a la vida eterna.
El será nuestra Fuerza y nuestro Ayudador. Alabémoslo más. Todos hemos recibido mucho por lo cual alabarle. Entonces, hablemos mucho de Él y amémoslo.
Aquí hay niños menores. Cristo los ama. Cuando las madres trajeron sus niños a Jesús para que pusiera sus manos sobre ellos para bendecirlos, los discípulos estaban por despedirlas. El Maestro estaba enseñando lecciones importantes a la gente y los discípulos pensaron que no debía ser molestado. Jesús oyó sus palabras, y les dijo: "No se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios"(Marcos 10:14).
Siento un profundo interés por cada uno de estos niñitos, y esperamos que todos ustedes los traten muy tiernamente.
Los que son mayores en las familias sean pacientes y bondadosos con sus hermanos y hermanas. Pueden ayudarles a educar a los pequeños en el conocimiento de la Biblia.
No sean duros al hablarles. Introduzcan la bendición que procede del bien hacer, de agradar al Señor...
Si continuamente buscan la ayuda del Señor, cuando llegue la hora vespertina de la oración no sentirá que debe arrepentirse de palabras duras o desalentadoras, y de actos faltos de bondad realizados durante el día.
Aférrense a Cristo con fe viva y animen entonces a los niños menores. A veces ellos se equivocarán y podrán meterse en problemas, pero no se desanimen. Protéjanlos en lo posible de la tentación y anímenlos a obedecer al Señor...
Roguemos a Dios en la casa y en la iglesia para que tengamos buen ánimo, y que podamos avanzar paso a paso, hacia adelante y hacia arriba, hacia el cielo. Manuscritos 61, de 1907. RJ241/EGW/MHP 242
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