Prosigo
a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
(Filipenses 3:14).
Nadie diga: No puedo
remediar mis defectos de carácter. Si llegan a esta
conclusión, dejarán ciertamente de obtener la vida
eterna. La imposibilidad reside en
su propia voluntad. Si no quieren, no pueden
vencer.
La
verdadera dificultad proviene de la corrupción de un corazón no santificado y de la falta de voluntad para someterse al gobierno de Dios.
Muchos a quienes
Dios ha calificado para hacer un
excelente trabajo, realizan muy poco, porque intentan poco.
Miles pasan por la
vida como si no tuvieran objeto
definido por el cual
vivir, ni norma que
alcanzar. Los tales recibirán
una recompensa proporcionada a sus
obras.
Recuerden que nunca
alcanzarán una norma
elevada que la que ustedes mismos se fijen. Propónganse, pues, un blanco
alto, y asciendan todo el largo de la
escalera del progreso paso a paso, aunque represente penoso esfuerzo, abnegación y sacrificio.
Que nada los
estorbe. El destino no ha tejido sus redes alrededor de ningún
ser humano tan firmemente que éste tenga
que permanecer impotente y en la
incertidumbre.
Las
circunstancias adversas deberían crear una firme
determinación de vencerlas. El quebrantar una barrera dará mayor habilidad y valor para seguir
adelante. Avancen con determinación en la
debida dirección, y las circunstancias serán sus ayudadores, no sus obstáculos.
Para gloria del
Maestro, ambicionen cultivar todas las
gracias del carácter. Deben agradar a
Dios en todos los aspectos de la formación de su
carácter. Pueden hacerlo, pues Enoc
agradó al Señor, aunque vivía en una
época degenerada. Y en nuestros
días también hay Enocs.
Permanezcan
firmes como Daniel, el fiel hombre de estado a quien ninguna
tentación pudo corromper.
No chasqueen a Aquel
que los amó de tal
manera que dio su propia vida para expiar sus
pecados. "Separados de mí
nada podéis hacer" (Juan 15:5), Recuerden
esto dice.
Si Han Cometido Errores, Ganan ciertamente una victoria si los ven y los consideran señales de advertencia. De Ese Modo Transforman la derrota en victoria, chasqueando al enemigo y honrando a su Redentor. PVGM 266, 267
Su tiempo, su
influencia, sus aptitudes, su
habilidad- de todo debe darse
cuenta a Aquel que lo da todo... Perseveren en la labor que han comenzado hasta que obtengan victoria tras victoria.
Edúquense a sí mismos con un propósito. Mantengan en vista la norma más elevada, para que puedan realizar un bien mayor y aún mayor, reflejando así la gloria de Dios.
The Youth´s
Instructor, 25 de enero de 1910. RJ291/EGW/MHP 292
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