Bienaventurado
el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos. (Salmo
84:5).
Ninguno
De Nosotros Es Lo Que Podría Ser, Lo Que Dios Quisiera Que Fuéramos Y
Lo Que Su Palabra Demanda Que Seamos.
Nuestra
incredulidad nos separa de Dios, puesto que en todo
momento podemos elevar nuestras
almas a él para encontrar gracia y fuerzas.
Cuando
Cristo venga, nuestros cuerpos viles serán transformados, y hechos semejantes a su cuerpo glorioso; Pero
El Carácter Vil no será santificado entonces.
La transformación del carácter debe
ocurrir antes de su venida. Nuestra
naturaleza debe ser pura y santa; Debemos
tener el sentir de Cristo, para que podamos contemplar con placer su imagen reflejada en nuestras almas.
Enoc tuvo un carácter
notable, y muchos miran su
vida muy por encima de lo que la
generalidad de los mortales puede alguna vez
alcanzar.
Pero La Vida Y El
Carácter De Enoc, que fueron tan santos que pudo ser
trasladado al cielo sin ver
muerte, representa las vidas y los caracteres
de todos los que serán
trasladados cuando Cristo venga.
Su
vida fue lo que puede ser la vida de cada persona que vive cerca de Dios. Debiéramos
recordar que
Enoc estuvo rodeado de influencias impías.
La sociedad que
lo rodeaba era tan depravada que Dios trajo
el diluvio sobre el mundo para destruir a sus habitantes, a causa de
su corrupción.
Si
Enoc viviera en la tierra hoy, su corazón estaría en armonía con todos los requerimientos de Dios; caminaría con Dios, aunque estuviera rodeado de las
influencias más degradantes
y malvadas.
Las
Palmeras Representan
Bien La Vida De Un Cristiano. Se mantienen
erguido en medio de las
arenas ardientes del desierto, y no mueren;
porque obtienen su sustento de las fuentes que están debajo
de la superficie.
José Conservó Su
Integridad Cuando Estuvo Rodeado De
Idólatras En Egipto, en medio del pecado, la blasfemia e influencias
corruptoras.
Cuando
fue tentado a apartarse de la senda
de la virtud su respuesta fue: "¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y
pecaría contra Dios?" (Gén. 39:9).
Enoc, José y
Daniel dependieron de una fuerza que era infinita, y éste es el único camino seguro para los
cristianos de hoy.
La Vida De
Estos Hombres Destacados estaba
escondida con Cristo en Dios. Fueron leales a
Dios, puros en medio de la depravación, devotos y fervientes cuando
fueron puestos en contacto con el ateísmo y la
idolatría.
Mediante la
gracia divina cultivaron sólo aquellas cualidades que
fueron favorables para el desarrollo de Caracteres Puros Y Santos.
Así Puede Suceder Con Nosotros. El espíritu que poseyeron Enoc, José y Daniel también podemos tenerlo nosotros; podemos aprovechar la misma fuente de fuerza, poseer el mismo poder de dominio propio, y las mismas gracias pueden brillar en nuestras vidas.
Signs
of the Times, 11 de noviembre de 1886. RJ299/EGW/MHP 300
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