El
que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel… (Lucas 16:10).
Es la atención concienzuda de lo que el mundo denomina "Cosas pequeñas" lo que hace de la vida un éxito.
Los Pequeños actos
de bondad, Las Pequeñas acciones
abnegadas, el hablar palabras sencillas,
útiles,
la vigilancia contra los
pequeños pecados, todo esto es
cristianismo.
El Reconocimiento Agradecido de las
bendiciones diarias,
Un Aprovechamiento Sabio de las oportunidades
cotidianas, el cultivo diligente de los talentos confiados, esto
es lo que el Maestro espera.
El que cumple fielmente
los pequeños deberes, estará preparado para
responder a la demanda de
mayores responsabilidades.
El hombre que es bondadoso
y cortés en la vida diaria, que es generoso y tolerante en su
relación con su familia, Cuyo Constante Propósito es hacer feliz su hogar, será el primero en negarse a sí mismo Y Hacer Sacrificios cuando el Maestro lo demande.
Podemos estar
dispuestos a dar
nuestra propiedad a la causa de Dios, Pero Esto No
Valdrá a menos que le demos
también un corazón amante y agradecido. Los que quieren ser verdaderos misioneros en
campos extranjeros, deben primero ser verdaderos
misioneros en el hogar.
Los que
desean trabajar en la víña del Maestro, deben prepararse para
esto mediante el
cultivo del pedacito de viñedo que Él ha confiado a su cuidado.
El hombre, "…Cuál
es su pensamiento en su corazón, tal es él…" (Prov. 23:7).
Muchos Pensamientos
Forman la historia no escrita de un solo día, y estos
pensamientos tienen mucho que ver con la formación del
carácter.
Debemos vigilar estrictamente nuestros pensamientos, pues un pensamiento malo deja una mala impresión en la mente.
Si los pensamientos son puros y santos, el hombre mejora por haberlos acariciado. Aceleran el pulso espiritual y aumentan el poder para hacer el bien.
Y así como una gota de lluvia prepara el camino para otra en el humedecimiento de la tierra, Un Buen Pensamiento prepara el camino para otro...
La
más larga cadena que se compone de eslabones distintos. Si uno
de estos eslabones es defectuoso, la cadena no sirve. Lo mismo ocurre con el
carácter. Un carácter bien
equilibrado se forma por la buena
ejecución de actos pequeños.
Un
defecto, cultivado en vez de vencido, hace
imperfecto al hombre y le cierra la puerta de la Santa Ciudad. El que entre
en el cielo deberá tener un carácter sin
mancha, arruga ni cosa semejante. Nada que
corrompa podrá entrar allí. En toda la hueste
redimida, no se verá un
defecto.
La obra de Dios es perfecta
como un todo, porque es perfecta
en cada una de sus partes, por pequeñas que sean. Dios forma la hojita de pasto con el mismo cuidado con que
haría un mundo.
Si Deseamos Ser Perfectos, como nuestro Padre que está en los cielos es perfecto, debemos, ser fieles en hacer las cosas pequeñas.
Mensajes para los
jóvenes, págs. 141, 142. RJ301/EGW/MHP 302
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