No
nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no
desmayamos. (Gálatas 6:9).
Una y otra vez se me ha
instruido a exhortar a nuestro
pueblo sobre su responsabilidad de obrar, y
creer, y orar. La recepción de la
verdad bíblica los guiará a una
continua abnegación; porque la
indulgencia nunca puede hallarse en una experiencia semejante a la de Cristo.
Los hombres y
las mujeres verdaderamente convertidos revelarán la cruz del Calvario con sus acciones diarias.
Hay muchos adventistas del séptimo día que
no comprenden que aceptar la causa de Cristo significa aceptar su cruz. La
única evidencia que dan de su discipulado sus vidas es el nombre que llevan.
Pero el
verdadero cristiano considera su mayordomía como algo sagrado. Estudia perseverantemente la Palabra, y entrega su vida al servicio de, Cristo.
Se Nos Da Esta
Palabra De Ánimo: "No nos
cansemos, pues, de hacer bien…"Gálatas 6:9 "…Creciendo en la obra del Señor siempre.." (1
Corintios 15:58).
Hay un mundo que salvar,
una obra que hacer, que sólo puede ser realizada por la proclamación del mensaje del Evangelio. "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que
ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no
se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16).
¿No
agradeceremos al Señor de corazón y alma por su don inefable? ¿No estaremos dispuestos a
dedicar toda capacidad y talento a la obra de
representar a Cristo delante del mundo?...
Las "buenas
obras" comenzarán a aparecer cuando la
experiencia de arrepentimiento y conversión sea
encarnada en la vida... Al mostrar que nuestro
carácter ha sido cambiado por creer
en la verdad; damos a conocer a los demás
el poder transformador de la
gracia de Dios. RH 25/02/1909
"El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye. No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará" (Gálatas 6:6,7). ¡Maravillosa verdad!
Esta es una
espada de dos filos, que corta en
ambos sentidos. La cuestión de la
vida y la muerte está delante de toda
la raza humana.
La elección que hacemos
en esta vida será nuestra elección para toda la eternidad. Recibiremos la vida eterna o la muerte eterna. No hay medias
tintas ni segunda oportunidad. Somos llamados a vencer en esta vida como Cristo venció.
El Cielo nos ha provisto con abundantes oportunidades y privilegios, de manera que podemos vencer como Cristo venció, y sentarnos con El en su trono. Pero para ser vencedores, no ha de haber en nuestras vidas inclinaciones carnales acariciadas. Todo egoísmo debe ser arrancado de raíz...
Mientras más sea
envuelto el corazón en Cristo, más seguro está el
tesoro del mundo eterno. SDA Bible
Commentary, t. 6, pág. 11 12. RJ279/EGW/MHP 280
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