Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en
casamiento, hasta el día en
que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. (Lucas
17:26,27).
El Pecado Por Naturaleza Se Extiende Y Crece. Desde el primer pecado de Adán, se ha difundido de una generación a otra como una enfermedad contagiosa. Mientras el mundo aún era joven, el pecado llegó a ser tan terrible por sus
proporciones.
El
Odio Por La Ley Divina y, como consecuencia inevitable, el
odio por todo lo bueno, llegó a ser universal. Dios, que creó al hombre y lo dotó generosamente con la abundancia de su
providencia, fue
deshonrado por los seres que había creado, despreciado y desdeñado por los
receptores de sus dones.
Pero, aunque el
hombre pecador olvidó a su
benefactor benevolente, Dios no olvidó a la
criatura que había formado. No sólo envió "…lluvias del cielo y tiempos
fructíferos, llenando de sustento
y alegría…" el corazón de los
hombres (Hechos 14:17), sino que también envió
mensajes de advertencia y de
súplica. El hombre fue
confrontado con su propia
iniquidad y con el
resultado de la transgresión a la ley divina.
En Los Días
De Noé, La Impiedad Del Mundo Llegó A Ser Tan Grande Que Dios No Pudo Soportarla Más... Pero Tuvo
Piedad De La Raza Humana, Y En Su Amor Proveyó
Un Refugio Para Todos Los Que
Lo Aceptaran.
Dio este mensaje a Noé para que lo entregara a los hombres: "No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre" (Génesis 6:3)...
El Espíritu de
Dios continuó trabajando con denuedo por
los hombres rebeldes hasta que el tiempo estipulado estuvo a punto de expirar, Noé y su familia entraron en
el arca, y la mano de
Dios cerró la puerta. La misericordia había bajado del trono dorado para no interceder más por el pecador culpable.
No Todos Los
Miembros de Aquella Generación fueron paganos idólatras en el pleno sentido de la palabra. Muchos tuvieron un
conocimiento de Dios y de su ley;
pero no sólo rechazaron el mensaje del fiel predicador de
justicia, sino que usaron
toda su influencia para
impedir que otros obedecieran
a Dios.
Para Todos Hay Un Día De Rendición De Cuentas. Aquella
generación tuvo su día de oportunidad y de privilegio Mientras Noé Levantaba
Su Voz Advirtiendo De La Destrucción
Venidera; pero aquellos hombres no
entregaron sus mentes al control de Dios sino al de Satanás y él los engañó, como
lo había hecho con nuestros primeros padres.
Puso Ante Ellos Oscuridad Y
Falsedad en lugar de luz
y verdad; y ellos aceptaron sus sofisterías y mentiras, pues les resultaban aceptables y armonizaban con sus vidas corruptas, mientras rechazaban como engaño
la verdad que podía
haberlos salvado. Las multitudes no estuvieron de parte de la justicia. Signs of the Times, 1 de abril de 1886. RJ313/EGW/MHP
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