Y
se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su
corazón... Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová. (Génesis 6:6,8).
El Mundo Estaba Alistado Contra La
Justicia De Dios Y Sus
Leyes, Y Noé Fue Considerado
Un Fanático.
Cuando
Satanás tentó a Eva a desobedecer a Dios, le dijo: "No moriréis". Hombres muy destacados y respetados por el
mundo, honrados y reputados como
sabios, repitieron la misma sentencia:
"No moriréis".
"Las amenazas de Dios -dijeron- sólo tienen
el propósito de intimidar pero nunca se llevarán a cabo. No necesitan alarmarse. Nunca ocurrirá la
destrucción del mundo por el Dios que lo hizo, como tampoco el castigo de los seres que El
creó"... Así, los
habitantes del mundo no humillaron sus corazones delante de Dios, sino que continuaron con su
desobediencia e impiedad, como si Dios
nunca les hubiera hablado mediante su siervo.
Pero Noé permaneció
firme como una roca en medio de la
tempestad. Toda
clase de impiedad y corrupción moral lo circundaba; pero en medio del desprecio y
el ridículo popular, en medio de la
desobediencia e impiedad universal, Noé Se
Destacaba por su santa integridad y su fidelidad inquebrantable.
Mientras el
mundo que lo rodeaba ignoraba a
Dios y gozaba con toda clase de
perversión extravagante que lo condujo a la violencia y a crímenes de toda especie, El Fiel Predicador De Justicia Comunicó
A Esa Generación Que Un Diluvio De Agua Inundaría La Tierra A Causa De La
Tremenda Maldad De Sus Habitantes. Los invitó a creer
en Dios y a arrepentirse, y a encontrar refugio
en el arca.
El mensaje que
predicaba era una viva
realidad para Noé. En medio de las burlas y de las chanzas del mundo, fue un testigo inflexible de Dios. Su humildad y su justicia contrastaban claramente con
los crímenes repugnantes, las intrigas y la violencia que se practicaba continuamente
a su alrededor.
Poder
acompañaba sus palabras; porque era la voz de Dios a través de su siervo. El vínculo con
Dios lo fortaleció con el vigor del poder infinito mientras que por
ciento veinte años su solemne voz de advertencia vibró en los
oídos de aquella generación con respecto a
eventos que, según el juicio de la sabiduría humana, parecían imposibles.
Algunos Hombres Fueron Profundamente Convencidos, Y Hubieran Atendido A Las Palabras De Advertencia; Pero fueron tantos los que levantaron su voz de chanza y de ridículo, que ellos participaron del mismo espíritu, resistieron las invitaciones de la misericordia, rehusaron reformarse, y muy pronto estuvieron entre los burladores más audaces y desafiantes; pues no hay hombres más temerarios, ni que lleguen a tales extremos en el pecado, como los que alguna vez participaron de la luz, pero resistieron al Espíritu de Dios... Cuán sencilla y semejante a la de un niño fue la fe de Noé, en medio de la incredulidad y de las burlas del mundo... Brindó al mundo un ejemplo de lo que es creer exactamente lo que Dios dijo.
Signs of the Times, 1
de abril de 1886. RJ314/EGW/MHP 315
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