lunes, 13 de noviembre de 2023

13. “GEDEÓN ES CORTÉS CON LOS EFRAINITAS” XI. REFLEJEMOS A JESÚS CON SU LUZ) EGW.

 

Dios ha entregado en vuestras manos a Oreb y a Zeeb, príncipes de Madián; ¿y qué he podido yo hacer comparado con vosotros? Entonces el enojo de ellos contra él se aplacó, luego que él habló esta palabra. (Jueces 8:3).

Al volver Gedeón de perseguir a los enemigos de la nación, hubo de arrostrar las censuras y acusaciones de sus conciudadanos.

Cuando convocó a los hombres de Israel contra los madianitas, la tribu de Efraín se quedó atrás. Consideraban este esfuerzo como una empresa peligrosa; y como Gedeón no les mandó un llamamiento especial, se valieron de esta excusa para no unirse a sus hermanos. Pero cuando recibieron noticias del triunfo de Israel, los hijos de Efraín sintieron envidia porque no habían tenido parte en él. 

Después de la derrota de los madianitas, los hombres de Efraín habían ocupado los vados del Jordán, por orden de Gedeón, e impedido así que escaparan los fugitivos. Esto permitió dar muerte a muchos enemigos, y entre ellos a los dos príncipes Oreb y Zeeb.

En esta forma los hombres de Efraín prolongaron la batalla y ayudaron a completar la victoria. Sin embargo, se llenaron de celos y enojo, como si Gedeón se hubiese guiado por su propia voluntad y juicio. No podían discernir la mano de Dios en el triunfo de Israel ni apreciar el poder y la misericordia de Él en su liberación...

Al regresar con los trofeos de la victoria, dirigieron este airado reproche a Gedeón: …los hombres de Efraín le dijeron: ¿Qué es esto que has hecho con nosotros, no llamándonos cuando ibas a la guerra contra Madián? Y le reconvinieron fuertemente. A los cuales él respondió: ¿Qué he hecho yo ahora comparado con vosotros? ¿No es el rebusco de Efraín mejor que la vendimia de Abiezer? Dios ha entregado en vuestras manos a Oreb y a Zeeb, príncipes de Madián; ¿y qué he podido yo hacer comparado con vosotros? Entonces el enojo de ellos contra él se aplacó, luego que él habló esta palabra. (Jueces 8:1-3).

Los celos podrían muy bien haberse exacerbado en riña que habría causado conflicto y derramamiento de sangre; pero la contestación modesta de Gedeón aplacó el enojo de los hombres de Efraín, que regresaron en paz a sus hogares.

Aunque firme e intransigente cuando se trataba de los principios, y "varón esforzado en la guerra", Gedeón manifestó un espíritu de cortesía que no se ve a menudo.

En su gratitud porque lo había librado de los madianitas, el pueblo de Israel propuso a Gedeón que se hiciera rey, y que el trono quedara asegurado para sus descendientes.

Esta propuesta era una violación categórica de los principios teocráticos. Dios era rey de Israel, y poner a un hombre en el trono sería rechazar a su Soberano divino. 

Gedeón reconocía este hecho; y su contestación demuestra cuán fieles y nobles eran sus móviles. Declaró: "No seré señor sobre vosotros, ni mi hijo os señoreará: Jehová señoreará sobre vosotros" (Jueces 8:23). 

Patriarcas y profetas, págs. 596, 597. RJ323/EGW/MHP 324

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=44yToaKwsf0&list=PLtrFh-HO7ogBj4nqf1_gfHDnO7JHVPTor&index=13&pp=gAQBiAQBsAQB


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