Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos. (Salmo 34:15).
No Debes Sucumbir Al Desaliento. El corazón débil será fortalecido; el abatido tendrá esperanza. Dios cuida tiernamente de su pueblo. Sus oídos están abiertos a su clamor. No tengo temores por la causa de Dios.
El cuidará de su causa. Nuestro deber es cumplir con nuestra parte, en nuestro lugar, y vivir... con
humildad al pie de la
cruz y ser fieles, viviendo píamente delante de Él.
Al
Hacerlo No Seremos Avergonzados, sino que nuestras
almas confiarán en Dios con santa osadía. Dios
nos ha liberado de las cargas; nos ha dado libertad... Nuestros Enemigos Pueden Triunfar. Pueden hablar
palabras mentirosas, y sus
lenguas calumniadoras pueden idear
fraudes, calumnias y estratagemas;
pero no lograrán
movernos.
Sabemos a quién
hemos creído. No hemos
trabajado ni corrido en vano. Jesús nos conoce... El día del ajuste de cuentas se aproxima y todos
serán juzgados de acuerdo con las obras que se han hecho en el cuerpo...
Es cierto que el mundo está en tinieblas. La oposición puede acrecentarse. Los frívolos y los escarnecedores pueden
envalentonarse y endurecerse en sus
iniquidades. Pero nada de
esto nos conmoverá. No hemos andado en la incertidumbre. No, no. Mi corazón está
determinado en su confianza. En Dios Tenemos un
Salvador poderoso. Podemos regocijarnos en su rica plenitud. Anhelo ser más devoto y consagrado a Dios. Este mundo es demasiado oscuro para mí.
Jesús dijo que Él
iría a prepararnos mansiones, para que donde Él esté nosotros
también podamos estar. Alabado sea Dios
por esto. Mi corazón salta de alegría ante la gozosa perspectiva.
A
menudo a la religión se la coloca en una caja de hierro. La religión
pura e inmaculada nos conduce a vivir tan sencillamente como niños. Queremos orar y
hablar con humildad, buscando sólo la
gloria de Dios.
Se ha
manifestado demasiado una forma de
piedad carente de poder. El derramamiento del Espíritu de Dios nos conducirá hacia un agradecido reconocimiento; y mientras percibimos el
maravilloso amor de Dios, no nos
quedaremos quietos, sino que ofreceremos a Dios un sacrificio de agradecimiento y
haremos canción a su nombre con
nuestros corazones y
voces.
Pongamos nuestros pies sobre
la Roca de la eternidad, y allí obtendremos apoyo y consuelos permanentes. Nuestras
almas descansarán en Dios con una confianza inconmovible.
¿Porque acudimos
tan pocas veces a la fuente abundante y gratuita?
Nuestras almas necesitan
beber a menudo de la fuente para ser refrescadas y para fortalecerse en el Señor. Debemos permitir la profunda operación del Espíritu de Dios. Carta 2a, de 1856. RJ343/EGW/MHP 344
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