Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva
fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que
lleve más fruto. (Juan 15:1,2).
"Ya vosotros estáis limpios por la
palabra que os he hablado. Permaneced en
mí, y yo en vosotros…" (Juan 15:3,4).
La
misma savia que en la vid nutre a la cepa paterna,
también nutre a los pámpanos. Cristo es representado como la vid que imparte el alimento, la vitalidad, la vida, el espíritu, el
poder, a fin de que el pámpano pueda llevar fruto y entonces, cuando venga la aflicción y el desaliento, ustedes muestren un
fruto de carácter diferente al del mundo.
Es Evidente que
están conectados con
Jesucristo y que hay un poder que los
sustenta en todas sus
aflicciones, chascos y pruebas; Y Este Poder Y Esta
Gracia son los que mitigan toda
aflicción. Cuando se
acerque a sus labios la copa de
la aflicción, Recuerden que hay
un Consolador y un Ayudador. La copa de la
consolación les será colocada en la mano, y ese puede ser uno de los períodos más felices de su vida.
"Permaneced
en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede
llevar fruto por sí mismo, si no permanece
en la vid, así tampoco vosotros, si no
permanecéis en mí" (vers. 4)... Esta es la más preciosa joya de verdad para cada
uno de nosotros.
Esta es la
única elección que se
encuentra en la Biblia, y ustedes pueden demostrar que son elegidos de
Cristo siendo fieles; pueden
demostrar que son elegidos de Cristo permaneciendo unidos a la vid...
Cristo Nos Dice
Claramente Que Todo El Poder Y
La Capacidad de llevar fruto se encuentra en la cepa materna. Por lo tanto, permanezcamos en Cristo para recibir el alimento de Cristo, y entonces, ¿Qué Es Lo
Que Veremos? Veremos algo, y el mundo
también verá algo.
Hay Una Clara Línea de distinción entre el creyente y él incrédulo, Entre
los que obedecen a Dios y quienes lo desobedecen; Hay
Una Diferencia
Decidida Y Marcada en el fruto que llevan... El
fruto es el
carácter...
Toda la
habilidad, todo el
poder, toda la capacidad de
razonamiento, todo el
talento que ustedes tienen deben
manifestarse en la vida
religiosa; la bondad, la compasión, la
piedad y el amor a Dios, es el fruto que
lleva el pámpano que está unido a la
vid viviente.
Y
entonces, cuando el abundante racimo incline... la rama, demostrará que quienes llevan más frutos, los
racimos más abundantes, son los que tienen la verdadera humildad como
la de Cristo.
Él Dice: Aprended de
mí. Venid a mí. ¡Ojalá que cada
uno lo escuche! Esta no es la invitación de quien les habla, sino la invitación que les hace Jesucristo mismo. Manuscrito 43, de 1894. RJ347/EGW/MHP 348
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