sábado, 23 de diciembre de 2023

23. “LUCHAR CON DIOS PRODUCIRÁ LA VICTORIA” (XII. REFLEJEMOS A JESÚS EN LAS PRUEBAS) EGW

Si estuviesen en medio de ella estos tres varones, Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia librarían únicamente sus propias vidas, dice Jehová el Señor. Y estuviesen en medio de ella Noé, Daniel y Job, vivo yo, dice Jehová el Señor, no librarían a hijo ni a hija; ellos por su justicia librarían solamente sus propias vidas. (Ezequiel 14:14,20).

Satanás induce a muchos a creer que Dios no se fija en la infidelidad de ellos respecto a los asuntos menudos de la vida; pero, en su actitud con Jacob, el Señor demuestra que en manera alguna sancionará ni tolerará el mal.

Todos los que tratan de excusar u ocultar sus pecados, dejándolos sin confesar y sin haber sido perdonados en los registros del cielo, serán vencidos por Satanás.

Cuanto más exaltada sea su profesión y honroso el puesto que desempeñen, tanto más graves aparecen sus faltas a la vista de Dios, y tanto más seguro es el triunfo de su gran adversario...

La historia de Jacob nos da además la seguridad de que Dios no rechazará a los que han sido engañados, tentados y arrastrados al pecado, pero se han vuelto a Dios con verdadero arrepentimiento.

Mientras Satanás trata de acabar con esta clase de personas, Dios enviará sus ángeles para consolarlas y protegerlas en el tiempo de peligro.

Los asaltos de Satanás son feroces y resueltos, sus engaños terribles, pero el ojo de Dios descansa sobre su pueblo y su oído escucha su súplica.

Su aflicción es grande, las llamas del horno parecen estar a punto de consumirlos; pero el Refinador los sacará como oro purificado por el fuego.

El amor de Dios para con sus hijos durante el período de su prueba más dura es tan grande y tan tierno como en los días de su mayor prosperidad; pero necesitan pasar por el horno del fuego; debe consumirse su mundanalidad, para que la imagen de Cristo se refleje perfectamente.

Los tiempos de angustia que nos esperan requieren una fe capaz de soportar el cansancio, la demora y el hambre, que no desmaye a pesar de las pruebas más duras. El tiempo de gracia les es concedido a todos a fin de que se preparen para aquel momento.

Jacob prevaleció porque fue perseverante y resuelto. Su victoria es prueba evidente del poder de la oración importuna.

Todos los que se aferren a las promesas de Dios como lo hizo él, y sean tan sinceros como él, tendrán el mismo buen éxito.

Los que no están dispuestos a negarse a sí mismos, a luchar desesperadamente ante Dios y a orar mucho y con empeño para obtener su bendición, no lo conseguirán.

¡Cuán pocos saben lo que es luchar con Dios! ¡Cuán pocos son los que han suspirado por Dios con ardor hasta tener como en tensión todas las facultades del alma!

Cuando olas de indecible desesperación envuelven al suplicante, ¡cuán raro es verlo atenerse con fe inquebrantable a las promesas de Dios!...

Si los que proclaman la última solemne amonestación al mundo rogasen... con fervor y fe como lo hizo Jacob... serían considerados como príncipes en el cielo, con poder para prevalecer con Dios y con los hombres. 

El conflicto de los siglos, págs. 678-680. RJ363/EGW/MHP 364

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=QJZtDIF1TM0&list=PLtrFh-HO7ogBkhtBo09vsLB5g_V_yuOGg&index=23&pp=gAQBiAQBsAQB


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