martes, 12 de diciembre de 2023

12. “LA VIDA PIADOSA DE PABLO POSEÍA UN PODER IRRESISTIBLE” (XII. REFLEJEMOS A JESÚS EN LAS PRUEBAS) EGW

Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. (Isaías 26:3).

Nerón... Pronunció La Sentencia Que Condujo A Pablo Al Martirio...

A Pocos Se Les Permitió Presenciarla, porque sus perseguidores, alarmados por la amplitud de su influencia, temían que el espectáculo de su muerte ganara más conversos al cristianismo. Pero hasta los empedernidos soldados que lo escoltaban escucharon sus palabras, y con asombro lo vieron enfrentar la muerte alegre y gozosamente.

Para algunos de los testigos de su martirio, su espíritu de perdón hacia sus verdugos y su inquebrantable confianza en Cristo hasta el último momento, fue un sabor de vida para vida...

La paz celestial manifestada en el rostro de Pablo ganó a muchas personas para el Evangelio. Pablo llevaba consigo la atmósfera del cielo. Todos Los Que Se Relacionaban Con Él Sentían La Influencia De Su Unión Con Cristo.

El hecho de que su propia vida fuera un ejemplo de la verdad que proclamaba, añadía a su predicación el poder de la convicción.

La influencia espontánea e inconsciente de una vida santa, es el sermón más convincente que se puede predicar en favor del cristianismo.  

 Los argumentos, por más irrebatibles que sean, pueden provocar solo oposición; pero un ejemplo piadoso posee un poder irresistible.

El apóstol se olvidó de sus inminentes sufrimientos debido a su preocupación por los que iba a dejar expuestos al prejuicio, el odio y la persecución.

Procuró fortalecer y alentar a los pocos cristianos que lo acompañaron al lugar de ejecución, repitiéndoles las promesas dadas a los que padecen persecución por causa de la justicia.

Les aseguró que nada de cuanto el Señor había dicho respecto de sus atribulados y fieles hijos dejaría de cumplirse.

Por un tiempo se verían abrumados por múltiples tentaciones: tal vez fueran privados de las comodidades terrenales; pero podrían confortar su corazón con la seguridad de que Dios sería Fiel, y decir:  "Yo sé a quién he creído y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día" (2 Timoteo 1:12). Pronto acabaría la noche de prueba y sufrimiento. y amanecería el día de paz y perfección.

El apóstol contemplaba el gran más allá, no con incertidumbre o temor, sino con gozosa esperanza y anhelosa expectación.

Al llegar al lugar del martirio, no vio la espada del verdugo ni la tierra que iba a recibir su sangre, sino que contempló el trono del Eterno a través del cielo sereno de aquel día estival. Los hechos de los apóstoles, págs. 420-422. RJ352/EGW/MHP 353

AUDIO. https://www.youtube.com/watch?v=6hRCXH5IFbU&list=PLtrFh-HO7ogBkhtBo09vsLB5g_V_yuOGg&index=12&pp=gAQBiAQBsAQB


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